XXII

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Saqué el celular de mi mochila que por suerte aun llevaba puesta.
Busqué entre los contactos y lo llamé.

Tres timbres y contestó.

-"¿Bueno?"

-"¿Matías?"

-"¿Muñequita?"

-"Si, soy yo"

-"¿Qué te pasó?, te mando mensajes, te llamó y no contestas, estaba preocupado"

-"Lo siento mucho, es que mis padres se enteraron de que estoy saliendo con alguien y que estoy enamorada"

-"Supongo que no lo tomaron bien"

-"No"

-"¿Dónde estás?"

-"Estoy en la calle"

-"¿Te corrieron de tu casa?" -su voz se elevó

-"No, no, no es eso"

-"¿Entonces?"

-"¿Puedes venir a recogerme?, en verdad te necesito"

-"No te muevas de donde estás, te busco por GPS"

-"Aquí te esperó"

-"Todo va a estar bien muñequita, nadie te va a tocar mientras yo esté vivo"

-"Gracias"

-"Ya voy para allá"

Escuche el motor de la camioneta arrancar.

-"Te espero"

Colgué y me puse debajo de un árbol para esperarlo.

Después de un rato, frenó frente a mi y me abrió la puerta para que entrara. Subí y me puse el cinturón.

-¿Quieres hablar en un lugar tranquilo?

-Por favor

-De acuerdo.

Puso la camioneta en marcha. Tenía mis manos entrelazadas una con la otra, mi mirada perdida por la ventanilla sin mirar nada en especial. Mi mente estaba tratando de acomodar todos los pensamientos y emociones que me amenazaban en ese momento.

Sentí un ligero apretón de manos, miré y era la de Matías que cubría las mías.

-No me gusta verte así, dime que hago para que te sientas mejor

-Solo quiero que me escuches, que me abraces y que me digas que todo va a estar bien

Me toma una mano y deposita un tierno beso en ella.

-Sabes que si estamos juntos todo va a estar bien verdad -me dijo

-Si

Y era verdad que lo creía, sabía que Matías no me iba a dejar caer, él me iba a apoyar en todo.

Llegamos a una carretera solitaria, no pasaba ni la más mínima alma desolada. Estacionó el vehículo y salió. Rodeó el auto y abrió mi puerta, me ayudo a bajar y caminamos al frente de la camioneta.

Puso sus manos en mi cintura y sin previo aviso me levantó y me sento en el Capó, se acerco a mi y me miro a los ojos.

-Dime que pasa por esa bella cabeza, ¿Qué es lo que te atormenta?

Suspire y respire hondo

-Son tantas cosas

-Bueno, que tal si vamos por como fueron ocurriendo

-Bueno, ¿recuerdas el día que fuimos a pasear en globo aerostático?

-Por supuesto que si

-Bueno ese día las trillizas no fueron a la escuela, pero se reunirian conmigo en la noche para hacer una pijamada, además tenía una cita con la doctora Montoya, algo rutinario

-Que estúpido, te la perdiste por mi culpa -dice mientras se pasa una mano por el cabello y cierra los ojos

-No es tu culpa, si yo era la que lo sabía y se me olvido. ¿Qué culpa puedes tener tú?

-Si que la tengo, debí preguntarte

-Oye -levanté su rostro para que me mirara -No me arrepiento de haber estado ese día contigo a varios metros lejos de tierra, jamás me sentí como aquella tarde

Acarició mi mejilla lentamente

-¿Qué pasó después?

-Bueno cuando llegué a mi casa mi madre me pregunto donde estaba, mentí diciendo que con las trillizas, entonces fue cuando las vi a las tres sentadas con la cabeza agachada -respire para seguir narrando -Nos descubrieron, mi madre se puso como loca gritando, corrió a las trillizas y me prohibió su amistad -carraspe la garganta para que no se juntara el nudo en mi garganta -No tuve más remedio que decirle que estaba enamorada -está vez yo acaricie su mejilla -perdidamente enamorada

Vi una pequeña sonrisa en sus labios

-Llegó mi padre trato de portarse sensato pero todo estalló, en fin, mis padres hablaron con los de Sol, Luna y Estrella y se aliaron para que el director diera ordenes de mantenernos alejadas en todo momento en la escuela -mis ojos se pusieron llorosos -Así que ya no puedo verlas

Matías paso sus brazos por mi cintura y me abrazo fuerte. Lo abracé también y unas lágrimas rebeldes salieron por mis ojos.

-Lo siento muñequita, debí de presentarme en tu casa, hacer las cosas bien, esto no estuviera pasando si hubiera hecho las cosas como deben de ser

-Solo esperaste, tal como te lo pedí

-Pero ahora estas sufriendo por mi culpa

-No es tu culpa, no es tu culpa que yo tenga unos padres obsesionados con no dejarme ser libre y tener mis propias experiencias, estoy harta de ser su estúpida marioneta

-No te digas así corazón, tú eres una mujer fuerte, linda y eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, no estás sola y si es necesario ahorita mismo pido tu mano y nos casamos

Ese comentario me hizo sonreír

-Estás loco, como se te ocurre eso

-Lo único que quiero es hacerte feliz muñequita y si la solución es salirte de esa casa, ahorita mismo nos vamos tu y yo

-Te quiero tanto Mati -le digo mientras lo abrazo con todas mis fuerzas

Me apretó contra su pecho cálido y reconfortante.

-¿Qué más tienes?, ¿Qué más te atormenta?

Me separo de su abrazo y limpio mis mejillas

-Bueno, mi madre mando analizar la medicina que me daba Montoya y descubrió que era agua

-No es cierto

-Si -muerdo mi labio inferior -Hoy fuimos con una vieja doctora que conoce mi expediente, capaz de hacer cualquier cosa por dinero y les metió en la cabeza a mis padres que necesito una operación

-¿Qué? -dijo mientras me miraba incredulo de haber escuchado correctamente

-Me quiere operar, dice que la Otitis ha empeorado y está afectando mis timpanos y si no se operan lo más pronto posible voy a quedarme sorda

Matías paso ambas manos por su cabello y comenzó a caminar de un lado para otro.

-No pueden hacerte eso

-Pues al parecer lo harán quiera o no

-No voy a permitir eso

-Yo tampoco

-¿Estamos juntos en esto?

-Si

-Porque no solo tu vida corre riesgo, también la mia, tu eres mi todo y si te pasa algo no me lo perdono nunca

Baje del Capó y camine hasta él, lo tome de la cintura y lo abracé. 

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora