XXXVII

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Bajamos de la camioneta, después de un muy largo camino por fin llegamos al hotel donde nos hospedariamos.

Pedimos la llave de nuestra habitación, que al parecer la compartiriamos.

Entramos al elevador y pulsamos el piso 20. Al llegar caminamos por un pasillo y entramos al cuarto.

-Me gusta -le digo con una sonrisa

-A mi también muñequita -me da un beso en la coronilla

-¿Tienes hambre?

-¿Quieres que pida el desayuno?

-Si

-Bien -dice mientras toma el teléfono y marca a recepción. Pide el desayuno a cuarto y cuelga -Sube en 5 minutos

-Eso si es un servicio

Y efectivamente en 5 minutos alguien tocaba la puerta. Fui a abrirla y un chico entro con una bandeja, llena de comida, postres y bebidas.

-Gracias -le digo y se va sin decir nada

-Ven aquí -me dice Matías mientras me carga en brazos hasta un pequeño comedor para 4 personas

Nos repartimos la comida y empezamos a desayunar. El desayuno eran huevos revueltos, tocino y choriso. Un licuado de fresa. Y de postre había helado de avellana para mi y para mi novio un pastel de chocolate.

-¿Puedo decirte algo?

-Lo que quieras

-Muero de sueño -le digo con una risita avergonzada

-Ya somos dos muñequita

Lo observe bien, ahora si había la suficiente luz para ver su rostro. Evidentemente estaba cansado pero no solo de un día sino de muchos, tenía ojeras y bolsas debajo de los párpados. Sus ojos estaban algo rojos.

-¿Lloraste mucho? -le pregunté de pronto

-¿Cómo? -dejó el postre y me miró

-¿Lloraste mucho?

-Creo que no lo suficiente, jamás lo sería

-Estaba igual, jamás lloré tanto en toda mi vida

-Pues te prometo que nunca más volveré a permitir que llores, si está en mis manos lo evitare

-Yo también te prometo eso

Me da una sonrisa y deja a la vista esos hoyuelos que me vuelven loca.

Terminamos de desayunar y nos fuimos a la cama.

Me recoste y él me puso sobre su brazo y su pecho. Con su otra mano comenzó a acariciarme lentamente el cabello.

-Te amo guapo

-Y yo a ti muñequita -sentí un beso en la coronilla

Mis ojos comenzaron a cerrarse y por fin pude conseguir tener un sueño profundo y relajado junto a la persona más importante en mi vida.

Sentí unas caricias muy suabes sobre el cabello, después un beso en la coronilla de mi cabeza.

Abrí mi ojo pesadamente y vi un rostro tan hermoso que me miraba con una bella sonrisa con dos hoyuelos en cada mejilla.

-Buenos días bella durmiente

-Buenos días principe azul -le digo mientras me froto los ojos con las manos

-¿Cómo dormiste?

-Como toda una princesa en brazos del amor de su vida

Me da un beso en los labios rápido pero lleno de amor.

-Creo que tenemos que ir a comprar algo de ropa

-¿Qué hora es? -me siento en la cama

-Las 9:00 a.m.

-¿Ya es otro día?

-Si, necesitábamos recuperar la energía de muchos días

-Exacto

-Bueno, pedí el desayuno así que vamos a comer algo y después vamos de compras

Después del desayuno fuimos a recorrer los puestos comerciales en donde encontrabas todo.

Ropa, recuerdos, llaveros, conchas de mar, estrellas, trajes de baño, pulseras, collares, anillos, diademas, etc...

Al terminar de comprar todo lo necesario para nuestra estancia regresamos al hotel.

-Voy a tomar una ducha -le digo mientras tomo un short, una playera de botones playera, mis sandalias nuevas con pequeñas conchitas pegadas en las tiras y mi ropa interior

-¿Es aviso o invitación? -me pregunta con una sonrisa tan seductora que mis mejillas se pusieron coloradas

-Es aviso -digo en susurro

-Está bien -sonríe más por mi comportamiento

-Si necesitas algo llamas a la puerta

-¿Y si no me escuchas puedo entrar?

-Basta -le digo con una risa nerviosa y el rostro completamente rojo

-Te lo estoy preguntando de la manera más atenta para que no digas que no te avisé

-No vayas a entrar

-¿Y por qué no?

-Me da mucha pena

-De acuerdo muñequita, no voy a entrar a menos que me lo pidas

-Gracias

Entré al baño y comencé a darme una ducha. El agua tibia me relajó los musculos. El jabón para el cuerpo olía a rosas y el shampoo tenía una fragancia muy agradable.

Me seque el cuerpo y me puse crema corporal, después me puse mi ropa, peine mi cabello y solo tome unos mechones con una liga para que el cabello no se me viniera a la cara. Salí del baño y vi a Matías en su celular.

-¿Qué te tiene tan concentrado? -le pregunto mientras lo abrazo por la espalda -¿Con quién me engañas? -le doy un beso en la mejilla

-¿Cómo se te puede ocurrir eso? -pregunta mientras deja el celular a un lado y me jala con tanta fuerza que caigo arriba de él sobre el sillón

De pronto las imágenes que mi padre me enseño de Matías con una rubia me atormento nuevamente. Matías vio mi cambio de humor y fruncio el ceño.

-¿Qué pasa?

-No es nada -bajo la mirada

Era una tontería, si él se hubiera olvidado de mi no estuviera haciendo todo esto

-Tu semblante se puso tenso muñequita, ¿En que piensas?

-Es una tontería

-Bien, cuentamela

-Pero...

-Vamos, confía en mi

-Por supuesto que confió en ti

-¿Y bien?

Me mordi el labio inferior indecisa en decirle o no, ¿Qué tal si la respuesta no me gustaba? Traté de buscar un pretexto pero mi mente no encontraba nada que no fuera esa imagen.

-¿No vas a contarme? -me dijo

Lo miré y vi que su semblante estaba herido. Estaba empeorando las cosas, era yo quien le hacía daño a ambos. Me armé de valor y se lo confesé.

-Bueno, cuando mis padres fueron a visitarme por primera vez desde que me operaron supuestamente, estaba muy molesta con ellos

-Por obvias razones -me dijo disgustado al recordar todo aquello

-Bueno, pues mi padre sacó su celular y me mostró unas fotos

-¿Qué fotos? -pregunto intrigado

-Unas fotos, en donde estabas abrazando a una rubia, no fue solo una foto, eran muchas, había una en donde besabas su frente, él me dijo que te habías olvidado de mi y que no me esperabas

Lo miré y lo vi apretando la mandíbula.

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora