XLVI

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Llevaba una semana siendo la novia de Esteban. Y hace 6 días desde el incidente con Matías.

Recibí muchas llamadas y mensajes, pero no contesté y mucho menos abrí sus mensajes.

Esteban me había invitado hoy a una fiesta que se celebraría en su casa. Una fiesta de uno de sus amigos y quería que estuviera presente.

A mis padres les alargaron más la internada en el psiquiatra para que se recuperen al parecer no era nada fácil el trauma que tenían con dejarme crecer, aferrandose a una enfermedad inexistente.

Me puse el vestido que había comprado con las chicas. El azul difuminado. Mis zapatillas y mi cabello estaba risado con unas pequeñas y delgadas trenzas al frente.

Escuche el timbre de la puerta y abrí.

-¿Lista princesa?

-Si, vamonos

Tome mi bolsa y salí de la casa hasta el auto de Esteban.

-Te vez más hermosa que nunca

-Gracias

-¿Estás nerviosa?

-¿Debería de estarlo?

-No

-Entonces no

Llegamos a su casa y los recuerdos me abrumaron. La única vez que estuve aquí estaba por escaparme de la mano del amor de mi vida.

Bajamos del auto y fuimos a la parte trasera de la casa. Donde había un jardín sorprendente. Con miles de gentes tanto adultos como jóvenes y adolescentes.

-¿Quieres algo de tomar? -me pregunta

-Agua

-Bien

Caminó con una sonrisa. Miré a los invitamos y no conocía absolutamente a nadie.

-Aquí está

-Gracias

-Voy a saludar a unos amigos, ahora vengo enseguida, sientente en tu casa

Asiento con la cabeza.

Vi a una rubia muy familiar que se acercaba a mi con una cerveza en las manos

-Hola -me dice parandose enfrente de mi

-Hola

-¿A qué juegas Yaritza?

-Discúlpame, ¿Te conozco?

-Soy Dalila, la amiga de la infancia de Matías

-Ah claro, eres la rubia oxigenada que fue al velorio de su abuelita

-Si, yo estuve apoyandolo en ese golpe tan fuerte, mientras tu te hacías la muertita

-Es mejor que te cayes si no sabes las cosas

-¿Primero con Matías y ahora con Esteban?, ¿No te da vergüenza? Son hermanos

-Mira tu no eres nadie para venir ni siquiera a dirigirme la palabra

-¿Acaso te acercarse a Matías para llegar hasta Esteban? No debes de jugar así con las personas

Le di una bofetada que hizo que gritara

-¿Tu fuiste la estúpida que le metió eso en la cabeza?

Me mira mientras hecha chispas

-Oye déjala en paz -dice el padre de Matías a nuestras espaldas -Vete por allá

Por un segundo creí que se refería a mi, pero la güera oxigenada se fue

-¿Te hizo algo? -me pregunto el papá de Esteban

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora