IX

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Después de una semana en la que mi pensamiento me torturaba a todas horas con respecto a Matías no me permitía continuar con mi vida.

-¿De nuevo pensando en él? -me pregunta Luna mientras revisa la fotografía en su cámara sobre un colibrí de su jardín

-¿Soy muy obvia?

-Mmm algo, te conozco muy bien así que no es difícil adivinar que te pasa

Enfoca el lente de la cámara y toma desde diferentes ángulos. Mientras estoy sentada en una silla observando como lo hace.

-¿Crees que fuí mala?

-No puedo decirte mala, es una palabra fuerte, más bien diría que fuiste dura con él, lo jusgaste sin conocerlo

-Pero es tan mujeriego...

-Siempre llega la chica o chico que te hace poner los pies en la tierra y te hace que todos los demás parezcan insignificantes a su lado

-¿Pero y si me arriesgo y solo salgo lastimada?

-El que no arriesga no gana

-¿Cómo vas con Asher?

-Tengo una cita hoy

-¿Qué dicen Estrella y Sol?

-Les agrada, mañana cenaremos con mis padres y se los presentaré como amigo

-Debería de animarse a dar el siguiente paso

-No queremos ir rápido, además, ¿Cuál es la prisa?

-Si, tienes razón

-Siempre la tengo mujer -dice con una sonrisa

-Bueno señorita siempre tengo la razón, ¿Qué me aconsejas hacer?

-Llámalo

-Me robaron el celular

-Uy, es verdad, lo había olvidado

Cuando iba saliendo de la biblioteca pública para un trabajo donde el maestro quería información solo de libros, me hizo cruzar la ciudad, nos robaron los celulares a mi mamá y a mi.

-Igual y él ya se olvidó de mi

-Es difícil olvidarse de ti, eres como una espina de cactus una vez que entras dejas la sensación de seguir ahí aunque ya no estes

-Me encanta hablar contigo siempre sabes que decir

Me guiña un ojo y continúa tomando fotos.

-¿Me acompañarías a una pizzería que acaban de abrir?

-Esa pregunta ofende Luna -le digo

-Bien, vamos, solo dejo mi cámara y tomo las llaves de mi auto

Subimos a su auto y comenzamos a cantar todo el Playlist de su celular.

Las calles se me hacían muy familiares, de pronto reconocí el lugar y la mire

-¿No?

-Si, justamente en contra-esquina

-Luna no juegues

-Llámalo suerte amiga

Estacionó el auto en el pequeño estacionamiento de la pizzería.

-Vamos, no seas pesada

-Luna ahí está su casa -señalo la casa en donde la primera y última vez que espiamos a Matias entró

-Lo se, con algo de suerte nos lo toparemos

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora