XLI

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Llegamos a la pequeña recepción y vimos a una señora regordeta dormida

-Buenas noches, ¿Tiene habitaciones? -le pregunta Matías

La señora abre los ojos y nos mira enojada

-No, largo

-Uy que genio

Me llevo a Matías de aquel lugar.

-Tenemos que irnos, la policía va a empezar a cubrir terreno

Comenzamos a caminar, por segundos, seguido de minutos y por último en horas.

El viento que soplaba era frío y yo solo llevaba el traje de baño y la playera de Matías.

-Estás muy helada -me dice mientras me abraza

-Tu también -le dije conteniendo el castañeo de dientes

-Lo siento mucho, nunca pensé que terminariamos en nada

-Tranquilo amor, no me arrepiento absolutamente de nada

Frota con sus manos mis brazos para darme calor. La camimata ya no ayudaba a mantener el calor corporal.

-Ahí, mira -dice con una voz entusiasmada

Enfoque la mirada y vi un letrero apenas legible que decía "Renta de habitación"

Aceleramos el paso y entramos a la pequeña casa

-Buenas noches

Una anciana sale de un cuartito y nos mira

-¿Tiene cuartos disponibles?

-Me queda uno

-Lo tomamos por está noche

-Son 400 por noche y 300 por día

-Lo que sea -Matías saca el dinero y se lo da

-Cuarto 3 -dice la señora mientras le da una llave y toma el dinero

-Vamos -me dice mientras me toma de la cintura

Llegamos a la habitación y me quede pasmada.

Había una cama individual con una sabana desgarrada, una pequeña cobija y nada más.

-¿Por esto cobra 400 pesos? -pregunto sin poder creerlo

-Es lo que tenemos muñequita, no podemos dormir en la calle

-Tienes razón

Nos acostamos a duras penas en la cama

-¿Puedo abrazarte? -me pregunta a mis espaldas

-Por favor

Me abraza y me pega más a él, quedando completamente pegados el uno con el otro.

-Ni siquiera tiene almohadas, es la peor inversión en que has metido tu dinero

-Mientras no estés muriendo de frío y estés en mis brazos, es la mejor inversión

-No puedo creer que estés tan relajado

-Se lo que quiero y lo tengo, lo demás no me importa

-Te amo

-Te amo muñequita, descansa

Cierro mis ojos a duras penas y me quedo dormida.

-¡No la lastimen! -escuche la voz de Matías alterada

Mis ojos se abrieron de golpe y vi que dos policías lo tenían arrodillado en el piso mientras le ponían las esposas.

-El delincuente eres tú, no nosotros -le dijo un oficial

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora