XXXVIII

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-¿Eso te dijo? -pregunto molesto

-Si -baje la mirada

-¿Y tu le creiste?

-Al principio no lo creía, pero tenía pruebas, eras tú yo te vi -no se como o cuando pero unas lágrimas escaparon de mis ojos al recordar todo el dolor que sentía

-Si, si era yo

Lo miré y sentí una opresión en el pecho.

-Pero así no fueron las cosas -dice mientras me limpia el rostro con sus manos delicadamente

-¿Y cómo fueron?, ¿Por qué estabas tan pegado a ella?, ¿Quién es?

-Ella es una amiga de la infancia, nadie importante en realidad, tenía años sin verla y tuve oportunidad cuando fue al velorio

-¿Velorio? -pregunté frunciendo el ceño confundida

-Si, mi abuela... murió -dice y se le rozaron sus ojos de lágrimas

-No -le digo mientras un nudo en la garganta se formaba

-Si, su corazón no soporto más, los medicos intentaron hacer todo pero no funcionó

Me lancé a sus brazos y lo abracé tan fuerte como pude.

Sabía lo que su abuelita significaba para él. Prácticamente había perdido a la persona que quería como una madre.

-Perdóname, por favor, perdóname -le digo arrepentida y bañada de lágrimas

-¿Por qué me pides disculpas muñequita?

Me separo de él un momento para mirarlo a los ojos.

-Porque no estuve contigo el día más triste de tu vida, perdiste a la persona que más amabas en este mundo y yo no estaba ahí para ayudarte a levantarte

-No te culpes amor -trato de limpiar mis mejillas pero fue en vano porque cada vez salían nuevas

-¿Cuando fue?

-En la mañana, el día que te fuiste con tus padres

-Sabía que no tenía que irme de tu lado

-Lo peor fue el siguiente día por la noche, tus padres se presentaron y me dijeron que en la mañana habías entrado al quirófano porque te iban a operar -me miro -ellos dijeron que no me lo dijiste porque no querías que me preocupara por ti, entonces me ofrecí para ir a cuidarte en el turno de la noche, pero me dijeron que habías muerto, que los médicos no tuvieron el cuidado con la anestesia y habías muerto

Tape mi boca horrorizada, ¿Cómo pudieron mentir así las personas que me engendraron?

-Tu madre estaba desconsolada, tu padre estaba lastimado, así que lo creí, todo pero todo el mundo se me vino encima -de sus ojos brotaban lágrimas llenas de dolor y amargura -Se fueron o eso pensé, llego mi amiga de la infancia y me sentó a mi lado para abrazarme e impedir que siguiera golpeando el piso

Esto me estaba partiendo el corazón pero necesitaba saberlo absolutamente todo.

-Después de muchisimas horas me ayudó a parar, entonces la abracé, ella me abrazo y cuando nos separamos no vi su rostro, te vi a ti, entonces la bese en la frente porque estaba consciente de que el dolor me estaba volviendo loco y que estaba alucinando

-¿De verdad?

-Si, los días fueron largos, no salía de mi habitación, miraba un solo punto en la pared, no tenía contacto con nada ni nadie -dice mientras recreaba las escenas en su mente -El día que me llamaste, ¿Lo recuerdas?

-Por supuesto

-Ese día, tenía un arma en mis manos

Lo mire perpleja y horrorizada

-Estaba a punto de jalar el gatillo cuando sonó mi teléfono, no iba a contestar pero algo me hizo que contestara, así que deje el arma a un lado y conteste sin ánimos -hizo una pausa para pasar saliva -Entonces escuche tu gloriosa y dulce voz, no me lo creía, pensé que estaba alucinando de nuevo, pero no era así

Lo tomé de las manos y las entrelace con las mias.

-Me pediste que te olvidara y me colgaste, pero esa llamada fue la mejor de mi vida, me hizo querer luchar por algo de nuevo, había tres opciones -me mira a los ojos -Una te obligaron a decir todo aquello tus padres enfermos; Dos lo decías en señal para que fuera a buscarte; Tres ya no me amabas y si era así tenía que escucharlo salir de tus propios labios estando frente a mi

-¿Cómo se te ocurre que iba a dejar de amarte? -le pregunté -Era una prisionera, mi corazón siempre te ha pertenecido

-Y a ti el mio, desde la primera vez que te vi en la plaza sentada mirando hacía la tienda de regalos, llevabas un vestido azul pastel, tu cabello estaba suelo y era tu rostro el de la muñequita más hermosa, bella y única que haya visto jamás, tan tierna y delicada

-Desde que te vi, no pude dejar de pensar en ti, tus ojos, tu sonrisa y esos bellos hoyuelos me hacían agonizar

-Te amo Yaritza

-Y yo a ti Matías

Me acerco a él y comenzó a besarme. Pero este fue distinto a todos los demás pude sentir cosas nuevas y mezcladas al mismo tiempo.
Él era la mitad que me complementaba a la perfección.

-Prometeme que no te vas a alejar de mi lado -le susurro entre el beso

-No, a menos que seas tú quien me lo pida

-Jamás te pediría eso, te necesito más que el oxígeno que respiro

-Ay muñequita, no sabes de verdad cuanta falta me hacía tenerte así, cerca de mi, sentirte y comerte a besos

-Tu también me hacías falta guapo -esta vez yo lo beso

Después de muchisimos besos estabamos juntos el uno del otro, abrazados sobre el sillón con la intención de no soltarnos nunca.

-¿Y como fue que diste conmigo?

-Cuando decidí que no iba a perderte salí casi corriendo de la casa, me subí al carro que mi abuela me había dado de herencia

-¿Herencia?

-Todos sus bienes me los dejo, incluyendo un carro con una nota

-¿Qué decía la nota?

-Decía -respiro hondo y comenzó a decirla de memoria -"Mi querido Mati, se que es un golpe duro que me haya ido, pero eres un hombre fuerte, no puedo estar más orgulloso de ti, se valiente mi niño y demuestrales a todo el mundo lo mucho que vales, cuida de Yaritza, es la indicada, no la dejes escapar, con todo su amor tu abuela Libia"

-Son unas hermosas palabras

-Si, lo son

-Y todas son ciertas

-Hasta la última letra

-Bueno y que pasó después

-Fui a la casa de Asher, es un experto en la tecnología, le pedí que rastreara el teléfono, duro minutos pero para mi eran horas interminables, cuando lo tuvo le di las gracias y salí disparado a donde marcaba el GPS, las coordenadas cambiaron pero no me rendi, muchas horas después estaba frente a una pequeña casita humilde

-La casa de Guillermo

-Si, estaba lloviendo a cántaros pero nada me importaba, le conté que necesitaba encontrarte y escaparme contigo para darte la vida que mereces, primero dudo pero logré convencerlo, fuimos a una carretera y luego me dijo que seguiríamos a pie, caminamos y caminamos y pude ver una casa entre los árboles

-La casa de mi madrina

-Si, entre los dos tomamos una escalera y la pusimos hasta tu ventana y subí por ti

-Y desde ahí todo fue mágico

Asiente con la cabeza y vuelve a besarme.

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora