Llegué a la clínica temprano. Esteban se ofreció a llevarme así que me llevó en su auto.
Entré a una habitación pintada de rosa palo. Sentada en una pequeña cama individual estaba mi madre.
Vestía un vestido blanco y su cabello estaba recogido
-¿Mamá?
Ella levanto la mirada llena de lágrimas y corrió para abrazarme.
-Mi niña, mi chiquita
La abracé aún más fuerte. La extrañaba como no tenía idea
-Quiero que me perdones mi pequeña, no era consiente de todo el daño que te hice
-No te preocupes mamá, ya pasó
-Si, pero te hice mucho daño, creí que hacía lo correcto -dice llorando -Solo quería que mi niña no creciera y se fuera
-Es la parte aburrida de crecer
-Si y yo no querría que eso llegara a pasar -volvió abrazarme
-Ya mamá, basta de lágrimas, Cuéntame como te tratan
-Son muy lindas las enfermeras, muy atentas y parlanchinas
-¿De verdad?
-Si, y los doctores muy atentos
-Bueno, me alegra que te traten bien
-¿Y tú como vas con Matías? Supe que lo sacaron de la cárcel
-Ay mami si te contará todo lo que ha pasado
-¿Cosas malas?
-Si
-¿Y si me cuentas?
-No, no quiero abrumarte apenas estas recuperandote
-Pero no dejas de ser mi hija, necesitas desahogarte puedo verlo en tu mirada
-No se por donde empezar
-Que te parece desde que llegaste a la casa y Matías a la cárcel
-Llevará un largo tiempo
-Tengo todo el tiempo del mundo para ti mi cielo
Suspire profundamente y comencé a narrarle toda la historia. Absolutamente todo.
Después de todo era mi madre, ella me amaba por sobre todas las cosas. Era capaz de todo por mi, con tal de saber que yo estaba bien.Cuando terminé estaba entre sus brazos llorando como niña pequeña que busca consuelo.
Ya estaba harta de todo, ya no diferenciaba lo que estaba bien y lo que estaba mal.Mi madre logró calmarme y sólo me aconsejó que siguiera a mi corazón, que dejara que el se expresara, que no ganaba nada imponiendole lo que debía y no debía sentir.
Después de una larga despedida y promesas de que volvería pronto salí de su habitación.
-¿Todo está bien? -me pregunta Esteban
-Mejor que nunca
-Me gusta esa sonrisa
-Me falta mi papá
-Si, está en aquella -señala otra puerta que está cruzando un jardín pequeño
-Vuelvo en un rato
-Tómate tu tiempo
Camino hasta la puerta y la abro después de respirar profundamente.
-Hola papá -le digo
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Sin ti, Soy nada
Novela JuvenilElla es una chica feliz, que acepta su destino y trata de vivirlo lo mejor que puede. Sin embargo, su madre tiene limitaciones y ni hablar de su padre. Un día conoce a un chico coqueto, que le habla como si quisiera pretenderla, pero al ver a la mad...