XL

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Nadamos toda la tarde en la alberca, Matías me enseñó a nadar y más o menos a poder flotar sobre el agua. Las manos las tenía como pasitas.

-¿Señorita?, ¿Señorita? -me hablaba una chica mientras agitaba su mano para que me acercara

-Ya vuelvo -le digo a Matías

Tomándome de la orilla voy hasta donde está la chica, está se agacha y me susurra al oído

-Todo está listo

-Perfecto, muchas gracias

-Un placer

Regresé al lado de Matías que me miraba con los ojos entrecerrados tratando de adivinar mi expresión

-Te tengo una sorpresa

-¿A mi?

-Si, ven -lo tome de la mano

Ambos nadamos hasta las escaleras del otro lado de la alberca y salimos, tomamos unas toallas, nos secamos lo mejor que pudimos

-¿Necesito cambiarme?

-No, solo ponte está playera -se la doy

-¿Y tú?

-Está tuya -le digo con una sonrisa

Me sonríe también

-Bueno necesito que te cubras los ojos -le doy un pañuelo

-¿Enserio?

-Si

Le ayudó a ponérselo

-¿Confías en mi? -le digo cuando estoy convencida de que no está viendo

-Por supuesto, totalmente

-Bien, sigue mi voz -lo tomo de ambas manos y comenzamos a caminar lentamente -Hay una pequeña rampa, vamos a subirla

-Okey

Subimos la rampa y seguimos nuestro camino.

-Bien ahora vas a tener que bajar 15 escalones

-De acuerdo

-1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15

Y nuestros pies tocaron la arena fresca.

-¿Es arena?

-Si, que observador

-Tengo los ojos vendados -dice y ambos empezamos a reír

-Que bien tienes desarrollados tus otros sentidos

Cuando avanzamos lo suficiente me detuve.

-¿Dime que escuchas?

-Tu hermosa y melodiosa voz

-Además de eso -le digo riendo

Guardamos silencio

-Las olas

-Bien -me puse detrás de él y quite el pañuelo

Abrió sus ojos y se quedó sorprendido

-¿Te gusta? -le pregunto ilusionada

-¿Tu hiciste esto?

-Tuve mucha ayuda, tenía que distraerte mientras lo preparaban

-Esto es... ¡wow! ni siquiera puedo describirlo

Habían formado un camino de pequeñas lamparitas cuadradas por toda la arena, después había una pequeña plataforma con un cojín de esponja y muchas almohadas alrededor. Había un pequeño árbol artificial que sostenia pequeñas luces en sus ramas.

Sin ti, Soy nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora