Un viaje en tren lleno de merodeadores

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Lily's POV

Es mi séptimo año en Hogwarts. El año de los E.X.T.A.S.I.S, el año en que decidiré lo que quiero ser durante toda mi vida. Los nervios me están matando.

Además, me han elegido Delegada, por lo que tendré que coordinar a los Prefectos...

Argh, demasiadas responsabilidades en un solo año.

La gente suele considerarme apta para este tipo de cosas por el simple hecho de que soy buena en las clases. La verdad es que soy un completo desastre. Las clases se me dan bien porque, por favor, estoy estudiando magia. Magia. ¿Sabes lo alucinante que es eso? ¡Cualquiera se interesaría! Bueno, cualquiera, menos ese idiota de Potter, y el estúpido de Black. No se como Remus puede soportarlos. Son insufribles.

Estoy en el Hogwarts Express. Esperando a que el Delegado y los Prefectos se dignen a aparecer. No se quien será mi compañero, aunque apuesto a que Remus, es el más responsable del curso.

Se abre la puerta y aparece... Oh no. Potter. ¿Por que a mi?

- Hola, Evans - saluda sonriente

- Potter. No te esperaba.

- Apuesto a que no. Yo también me sorprendí - se rasca la nuca

No es para menos. Es idiota, irresponsable, y su ego está más alto que la torre de Astronomía. ¿Quien en su sano juicio lo haría Delegado? Aunque pensándolo bien, Dumbledore nunca estuvo demasiado cuerdo...

- En fin, ¿que tal las vacaciones? - pregunta

Vaya. No me ha pedido ni una vez que salga con él en... ¿Cuanto? ¿Cinco segundos? Wow, Potter, nuevo récord.

- Argh, horribles. Mi hermana se fue de casa y dice que no quiere saber nada de nosotros. Mis padres se han pasado el verano llorando por ella. - niego con la cabeza

- Lo siento

- No importa. Sabía que se iría con ese novio suyo con aspiraciones a morsa tarde o temprano. ¿Que tal tus vacaciones, Potter?

- ¡Genial! Sirius y yo creamos un campo de Quidditch en el patio y casi destruimos la casa pero por el resto, increíbles- le brillan los ojos cuando habla de Quidditch. Y cuando habla de sus amigos. O de sus bromas. Parece un niño pequeño emocionado.

Entonces entran los Prefectos, una niña que no parece muy responsable y un niño que parece estar cuidando de ella. Sé cómo te sientes, amigo.

Les indicamos lo que hacer y salimos del compartimento.

Busco a mi única amiga, Marlene McKinnon, que está tumbada ocupando tres asientos en un compartimento vacío mientras devora dulces.

- Anda, la Delegada se dignó a aparecer. Empezaba a pensar que no volverías jamás.

- Melodramática - mascullo quitándole un pastel de calabaza y metiéndomelo en la boca

- ¿Y bien? ¿Quién es el Delegado?

- Jums Pottr - digo con la boca llena

- ¿Potter? Vaya, no me lo esperaba. Pensaba que sería Lupin. - comenta

- Ya, yo también - asiento tragándome el pastel

Marlene se queda mirando la puerta.

- ¿Y ahora que?

- Los merodeadores. No han venido en todo el viaje. Así que predigo que Sirius hará su entrada dramática en tres, dos, uno...

La puerta se abre de golpe. A veces me pregunto si Marlene no tiene el poder de la adivinación.

OPERACIÓN JILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora