Gatos, gatos y más gatos: la secuela.

2.3K 142 216
                                    

Dorcas' POV

Me ha pintado las dichosas rayitas en la cara.

La parte positiva es que yo he conseguido que se ponga un gorro (no me ha dejado teñirle el pelo de un color más oscuro), así que considero esto una victoria.

Ahora estamos intentando salir sin ser vistas. El único problema es que el vestíbulo está repleto de cuadros, y todos son unos chivatos.

Conseguimos llegar a la puerta antes de que una voz de niña nos sobresalte:

—¿Qué hacéis?

Las dos nos giramos lentamente, y vemos que la que ha hablado es ni más ni menos que una niña en un cuadro.

Como decía, unos chivatos.

Aparenta unos diez años, y el pelo le enmarca la cara, con mechones de un dorado que deslumbra si lo miras directamente. Tiene los ojos grandes y marrones, y nos observa con curiosidad, sentada en un columpio.

—Escaparnos.—contesta McKinnon.

Yo maldigo para mis adentros.

—A lo mejor contarle nuestros planes no es la mejor idea.—me quejo

Ella se encoge de hombros, como diciendo "Ya está hecho".

—¿Por qué os escapáis?—pregunta ella, balanceando las piernas.

—Nos hemos encontrado a una gata embarazada, y queremos ayudarla. Pero va contra las reglas.—explica ella, señalándose la espalda.

—Ah. Me gustan los gatos. Mi madre tenía un gato cuando yo era más pequeña.—parece perderse en sus recuerdos por un momento, y luego sacude la cabeza, como para apartarlos—Me llamo Bianca.

—Yo soy Dorcas, y ella Marlene.—saludo

—Y la gata es Colorines.

—Que nombres más bonitos.—sonríe, ladeando la cabeza—No os entretengo más. El señor gruñón de las llaves podría pillaros.

—Filch.—asiento—Deberiamos darnos prisa...

—¿Vendréis a visitarme? Nadie habla conmigo nunca.—hace un puchero y yo sonrío.

—Claro. Vendremos.—Marlene le dedica una media sonrisa, me tira de la manga y se despide con un gesto.

Me pregunto cuál será la historia de esa niña. ¿Como acabas en un cuadro, colgada de las paredes de Hogwarts? ¿Quien la pintó? ¿Sigue con vida? ¿Hay alguien en este mundo que la recuerde?

Decido en cero coma cinco segundos que voy a descubrir quién es.

Pero tendrá que ser otro día.

—Que mona.—susurra McKinnon, cuando ya estamos fuera del castillo—Deberiamos poder llegar a la cabaña de Hagrid sin inconvenientes.

Asiento y empiezo a andar. La brisa nocturna me hace tiritar, pero me consuela que en pocos minutos vaya a estar dentro de la cabaña del guardabosques, frente a un fuego calentito.

Y teniendo que explicar por qué llevamos una gata embarazada en la mochila.

Desde aquí se oyen los gritos de los Gryffindors. Siempre hacen demasiado ruido.

—Tu hermano y sus amigos ya están allí, ¿no?—pregunto por milésima vez, para asegurarme.

—Sipi. Allí estarán Sawyer, Rebeca y Lewis... ¿o se llamaba Liam?—se encoge de hombros—Bueno, sus dos amigos Hufflepuff amantes de los gatos.

—Y Hagrid.—me sigue estresando que vayamos a pedir ayuda con una infracción al guardabosques.

Sí, vale, quizás no sea la peor infracción del mundo. Pero sigue siendo una infracción. ¿Qué pasa si nos delatan?

OPERACIÓN JILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora