OPERACIÓN JILY

Esto se va a descontrolar

James's POV

A las palabras de Lunático las sigue un silencio, mientras todos consideramos lo que eso significa.

Un obliviate. Amenazaron a mi amigo, casi me lanzan una maldición y ni siquiera puedo recordarlo.

Lo que más nervioso me pone es que fueron capaces de borrarnos la memoria a todos, y no nos dimos cuenta. De no ser por Mary, ni siquiera lo habríamos sospechado.

Pero, ¿por qué ella lo recuerda?

—¿Quien nos lanzaría un obliviate deliberadamente?—Evans rompe el silencio—Es una falta muy, muy grave. Es ilegal incluso fuera de Hogwarts. Lo mejor que podría pasar si se enteraran es que expulsaran al infractor, y lo peor...

No tiene que completar la frase para que sepamos a lo que se refiere. La maldición obliviate no es una maldición imperdonable, pero su uso tiene muchas restricciones. A no ser que acabes de romper el estatuto del secreto accidentalmente y tengas que volatilizar la memoria de algunos muggles, o que tengas un montón de permisos, realizarla en otra gente es ilegal.

Lo suficiente ilegal para acabar en Azkaban.

—Bueno, ¿quién va a denunciarle? Ni siquiera sabemos quién es—Marlene se mete otra gragea en la boca—No tenemos pruebas.

—Pues tendremos que conseguirlas—interviene Canuto.

Hay una expresión de determinación en su cara que no me gusta nada.

Dora aún está en su regazo. Parece asustada. No creo que entienda la mitad de las cosas que estamos diciendo, pero sí entiende que no es nada bueno.

Inspiro hondo. Las cosas una por una.

—Deberíamos dejar a Dora con su madre, ¿no creéis?—digo—Parece muy cansada.

Ella niega con la cabeza.

—¡No tengo sueño! Quiero ayudaros con los malos.

Intercambio una mirada con Remus, que se traduce más o menos en "Como pueden los Black ser tan cabezotas". Luego miro a Marlene en busca de ayuda.

—Nos ayudarías con los malos si fueras con tu mamá, Dora—interviene ella—Si le cuentas lo que ha pasado, tendremos a alguien que lo sepa si nos vuelven a desmemorizar.

—Eso... es muy buena idea—dice Lily, pareciendo sorprendida.

—Claro que lo es. Es mía.—replica Marlene, subiendo los pies a la mesa—¿Y bien, Dora? ¿Quieres ser la portadora del conocimiento?

La pequeña asiente y da palmadas, emocionada.

—Vale. Una vez solucionado esto, ¿cual era tu idea, Canuto?—pregunto.

—Voy a tener una conversación con mi hermano.

No. No, de eso nada. Está enfadado. Si va a la sala de Slytherin así, va a montar un numerito.

Remus me mira, y tenemos un momento de comunicación no verbal.

No podemos dejar que Sirius vaya a hablar con Regulus.

—Ni de coña—niego con la cabeza—No quiero otra pelea, y menos si vas a tener que ir a la sala de Slytherin a por él, donde te superan en número.

—Estoy de acuerdo con James.—me respalda Lunático—Y de todas formas, ¿de qué nos va a servir hablar con él? ¿Qué va a saber? No es un mortífago, ¿o sí?

—No lo es—confirma, con voz tensa—Pero convive con ellos. Tiene que saber algo.

No puedo evitar suspirar de alivio. Regulus Black no es un mortífago.