La única, la inigualable... ¡Minerva McGonagall!

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Lily's POV

No puedo decir que me encante esto de hablar delante de gente, pero la verdad, después de siete años realizando exposiciones orales, se me está empezando a dar mejor. Cuando estaba en primero, no podía hacer una presentación sin echarme a temblar. Ahora, en cambio, estoy explicando la historia de los animagos sin tartamudear siquiera.

Veo a Marlene, que me observa con una sonrisa orgullosa (normalmente era ella la que tenía que soportar mi ansiedad pre-exposiciones) y, cuando ve que la miro, levanta los pulgares.

James y yo acabamos de exponer el trabajo, y McGonagall asiente, satisfecha. Me parece que vamos a conseguir una buena nota.

Aunque no dejara a James incluir el proceso para convertirse en animago. Nos habría dado puntos extra, pero habría sido un pelín sospechoso.

Él me sonríe, y mi corazón se salta un latido.

Decido ignorarlo y devolverle la sonrisa. Seguro que ha sido por el orgullo profesional, o algo.

Nos dirigimos a nuestros sitios y nos sentamos. Sirius le da una palmada en el hombro a James.

-Bien hecho, Cornamenta. Diría que habéis hecho el mejor trabajo de la historia pero, ya sabéis-se encoge de hombros-No quiero mentiros. Tenéis una competencia demasiado alucinante.

Nymphadora aplaude y dice:

-¡Buena presentación!

-¡Gracias! Pero te voy a contar un secreto-James baja su voz a un susurro-La lista en el grupo es ella.

Me señala con la cabeza con secretismo, como para evitar que me de cuenta, y Nymphadora se ríe.

-Oye, Cornamenta, ¿te puedes encargar de mi prima psicópata un momento?-pregunta Sirius, levantando a su prima de la mesa y dejándosela sobre el regazo a James-Tengo que hacer una cosa...

-Dime que no se te ha olvidado-suplica Remus.

-Bueno...

Remus se pellizca el puente de la nariz con exasperación. James los mira a uno y a otro, y luego se encoge de hombros, decidiendo que no vale la pena preguntar.

-Eh, Dora, ¿quieres escribir una carta como hace tu mamá?-pregunta James.

-¡Sí!

Él saca un pergamino de su mochila y le da una pluma con tinta. Ella la toma con entusiasmo y se pone a hacer garabatos.

Sirius levanta la mano.

-¿Minnie? ¿Podría ir al baño un momento?-pregunta.

Remus le observa con atención. Casi puedo oírle intentando comunicar telepáticamente a Sirius que no haga el ridículo.

-Señor Black, ¿de verdad es necesario?-pregunta McGonagall, con una nota de exasperación en la voz.

-Muy necesario, profesora. Es un nivel dos.

-¡Información innecesaria, Black!-grita alguien, entre los sonidos de protesta generales.

Me giro y veo que se trata de Mary MacDonald, una de mis compañeras de cuarto. No hablo mucho con ella, pero es bastante maja. Y tiene toda la razón en esto.

-¡Minnie ha preguntado!

La profesora deja escapar un suspiro de cansancio, con el que presiento que también está dejando escapar diez años de su vida.

Por cosas como esta creo que ser profesora es mala idea. Antes de Hogwarts, pensaba que sería maravilloso transmitir conocimientos a jóvenes mentes y bla bla bla. Luego llegué a Hogwarts, y pensé "imagina que te tocan unos alumnos como los merodeadores".

OPERACIÓN JILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora