Vance critica mi gusto de moda

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Marlene's POV

Hoy, los pasillos están aún más llenos de decoraciones navideñas de lo normal. No nos han dejado entrar al Gran Comedor, porque aún lo están "acondicionando", y hay árboles de Navidad en cada esquina. Peeves no deja de cantar villancicos.

Se respira el espíritu navideño en el aire.

Y la emoción. Porque ha llegado el día que todos estábamos esperando.

¡El baile de Navidad!

He conseguido que James y Lily, Remus y Sirius, y Emmeline y Fabian vayan juntos. Además de conseguir que Peter le pida salir a una chica. Y yo voy con Dorcas Meadowes.

Todo está bien en este mundo.

Ahora mismo, estamos en nuestra habitación, preparándonos para esta noche. Aún quedan unas horas, pero no tenemos nada mejor que hacer hasta entonces.

Vance está rebuscando en su baúl, y tirando todo lo que saca a su alrededor. Está rodeada de ropa, libros y de más objetos personales.

—Juraría que traje un vestido para ocasiones especiales—está mascullando—Debería estar por aquí.

Lily ha sacado su vestido, y lo está observando con la cabeza ladeada. Se lo mandó su madre el otro día, porque no había considerado que necesitaría ropa formal.

Considerando el poco tiempo de antelación con el que avisó a sus padres, han conseguido encontrarle un vestido bastante bonito.

Es de un verde botella que combina con sus ojos, y estoy completamente segura de que hará que le dé un ataque a Potter.

Yo, por mi parte, estoy observando mis opciones.

—¡Chicas, necesito opiniones objetivas!—exclamo, incapaz de decidirme.

Vance se gira tan rápido que me extraña que no se parta el cuello.

—¿Puedo juzgarte sin consecuencias?—pregunta, dejando su búsqueda del vestido por un momento.

—Puedes ser todo lo cruel que quieras—asiento.

Por lo menos tendré a Mary para alimentar mi ego. Ya casi puedo oír sus comentarios; "Los dos te quedan muy bien" "Son muy bonitos" y de más cumplidos adorables.

Vance aplaude, alegre de poder meterse conmigo, y luego dice:

—¡Pruébatelos!—exclama—Necesitamos vértelos puestos para ser más exactas.

—Marls, ¿has usado mi cepillo?—interviene Lily, que lleva el cepillo en la mano y lo mira con el ceño fruncido—¿Sabes qué? No contestes. Sí lo has usado. O mi pelo se ha vuelto rubio y nadie me ha avisado.

Me encojo de hombros.

—No encontraba el mío.

Ella suspira, y yo procedo a cambiarme y ponerme mi primera opción.

Es un vestido lila que me compró mi madre hace dos años para una comida con sus compañeros aurores. Sería sorprendente que me viniera si hubiera crecido algo desde entonces, pero sigo igual de bajita.

Lo que es triste, pero en fin. Por lo menos no tengo que cambiar de ropa.

El único problema es que es de tirantes, y hace más frío que en la Antártida. Así que me pongo por encima la chaqueta del equipo de Quidditch.

Cuando acabo, llamo la atención de mis compañeras de cuarto dando un giro sobre mi misma.

Mary aplaude.

OPERACIÓN JILYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora