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Dos semanas después...

—Weeena, cabezón.— me huebeó el Diego cuando entré a la sala.

—Wena, hueón.— hicimos el saludo culiao que tenemos.

—Te aviso al tiro, hay carrete hoy día y va ir la Trinidad, ¿me apañai?— me propuso.

—Sorry, hueón, pero me voy a pasar el finde con la Ignacia.— se pegó en la frente cuando le dije que no.

—Puta, ya no importa.— resopló. El culiao, de repente, miró hacia el pasillo y se quedó pegao'.—No quiero decir que me calienta, pero me calienta.— me di vuelta a ver a quién miraba y era a la Trinidad.

—Hueón desubicao'.— lo huebeé.

—Claro po, vo' tení' polola y tení' algo pa tocar.— se amurró.

—Yo no ando a cada rato tocando a la Ignacia, es hueá de respeto po.— le aclaré.—Indecente culiao.— susurré.

Tocó el timbre y me senté en mi lugar. Literal, me la pasé toda la hora de Historia durmiendo.

[...]

Estaba en recreo e intentaba llamar a la Ignacia, pero no me contestaba. Intenté por última vez, hasta que contestó.

—¿amor?escuché del otro lado.

—Mi amor, ¿a qué hora nos vamos a juntar?— pregunté y se escuchó un silencio.

Mmh...Benja, no vamos a poder estar juntos este finde. Voy hacer un trabajo con un compañero y necesito entregarlo, literal vale el 80% de la nota.

—No importa, no te molesto.— mi voz se volvió grave.

—¿Te enojaste?me preguntó.

—No, tranqui.— dije, pero mentí.

Te amo, chau.susurró.

—Yo igual, chao.— corté

<<Tranquilo Benja, es solo un trabajo.
Está estudiando para ser la mejor, controla tus celos y tus inseguridades>>

Respiré y fui al baño a lavarme la cara e intentar no enojarme.

[...]

—¿Qué te pasa, hueón?— el Diego me notó raro y distante.

—No, nada.— negué. No le quería contar, porque me daba paja.—¿Todavía sigue el plan del carrete?— le pregunté.

—Sí, ¿querí ir?— me ofreció.

—Dale.— acepté.

—¿Y tu polola?— me interrogó.

—No estoy ni ahí.— hice una mueca.

[...]

—Pásame una chela.— le pedí al Diego y me la pasó altok.

Eran las diez de la noche y yo ya estaba tomando.

—Oye, oye.— era el Pancho el que me llamaba.—La hueona nueva te mira caleta, hueón.— me comenzó a molestar.

-Ya, déjame mierda.— lo empujé un poco, pero huebeando.

—Oe' Trini, ven pa' acá.— la llamó el Pancho y la hueona se acercó a nosotros. Tengo que decir que sea veía terrible rica con la falda que llevaba.—Este es el Benja.— me presentó a la hueona y ella solo asintió.

—Yo te he visto en otra parte.— habló por fin y vi que se llevaba el cigarro a la boca, calaba un poco y botaba el humo.

—No, te estai' confundiendo.— negué y me llevé la lata de cerveza a mi boca.

—Ah, fue en el metro.— recordó.

—Ah, sí, lo recuerdo.— era linda la cabra, pero no quería hablar con ella.—Voy a ir a buscar otra.— indiqué la cerveza y dejé al Pancho y a la Trinidad solos.

No sé qué chucha pasó, pero ya no estaba en mis cinco sentidos. No estaba lúcido, no entendía lo que pasaba y hace mucho no me sentía de esa manera.

[...]

No supe como llegué a mi casa, pero intentaba abrir la puerta y meter la llave, pero sentía que todo daba vuelta. Mágicamente, la puerta se abrió y vi a la Ignacia.

—N...nachita.— me tomó del brazo y cerró de un portazo.—¡No hagai' rrruido!— grité.

—¿!Dónde mierda andabai!?— me zamarreó.

—Por ahí, tomando.— logré decir.

—Tu mamá se fue hacer el turno y yo vine a verte, me sentí culpable al cancelarte.— se sentó en el sillón y se puso las manos en la frente.

—Oe', pe...perdón.— caminé hasta ella y me dejé caer a su lado.

—No podí' volver a tomar, sino te van a internar.— susurró mi polola y empecé hacerle cariño en la mejilla.

—Nunca más.— comencé hacerle cariño y a darle besos en el cuello, porque sabía que le daban cosquillas.

De a poco, los besos iban subiendo hasta su boca, pero me alejó.

—Estai pasao' a copete, mejor vamos a dormir.— me tomó de la mano y me llevó a mi pieza.

—¿Te vai a quedar?— le pregunté.

—Supongo.— contestó.—Ponte el pijama.— me tiró mi pijama a la cama y me senté.

—Pónmelo po.— dije y me cagué de risa.

—Ay, Benjamín, no empecís' con tus hueás por fa y ponte el pijama.— me habló golpeao'.

—Ya oh.— me comencé a quitar la ropa. Me quedé en bóxers nomás, me daba paja ponerme la cagá de pijama y estaba demasiado mareado.

No caché cuando y cómo me acostó mi polola, pero estaba abrazada a ella, mientras me hacía cariño en el pelo.

—Shh...— hacía cuando me despertaba.—Te quiero, hueoncito...— eso fue lo último que escuché, hasta que se me apagó la tele.

1/2.

N//A: siga leyen2<3

-WeaOriginal🌚✌

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