Entelequia
Ref/: Cosa, persona o situación perfecta e ideal que solo existe en tu cabeza.
La rubia se encontraba en el sofá aquella noche, sola, viendo Carol como por tercera vez porque la película le parecía fascinante pero el final la dejaba con un vacío ansioso, no le satisfacía a pesar de encantarle tanto y por eso la repetía hasta el cansancio.
Por su mente pasó que, últimamente Elena sale mucho los sábado o domingos, en su mente todos los días se repetía que la chica se esforzaba mucho, al menos debería darse un respiro.
Pero al mismo tiempo, se preguntaba por qué no salía con ella, hace unos seis meses que viven juntas después de un año y medio de relación, pero de unos meses para acá, las cosas han venido cambiando. Un poco, se decía ella misma.
Los detalles infantiles, como solía recordarle Elena, habían dejado de llegarle y solo después de una discusión era que hacían acto de presencia.
Entendía a Elena, o al menos lo intentaba. La chica trabaja para poder pagar sus estudios y viene cansada, aparte de tener un temperamento rebelde, por supuesto que enojarse cuando discuten era inevitable, al principio solo se enojaba hasta gritarle, luego empezaba a golpear cosas.
Ella solo callaba, no quería hacerla enojar más, temía que le pasara algo malo debido a la cólera del momento que hacía que la vena de su frente resaltara, pero como últimamente sale, no discuten tanto.
Eso de alguna manera le alegraba, aunque no saliera con ella y solo saliera con sus amigos, al menos su novia estaría tranquila.
Al cabo de un rato y media película se durmió, pero el sueño le duró un suspiro, alguien había azotado la puerta, se asustó pensando lo peor, pero al ver a su amor se tranquilizó.
No sabía entonces que tenía un monstruo consigo.
– Hola, nena. – Le saludó cálidamente, recibiéndola en el sillón, la mujer en estado etílico se lanzó y cayó en sus piernas, recostando la cabeza de golpe en sus muslos, eso le dolió un poco, pero debía estar cansada.
– Hola. – Respondió poniendo su mano en sus ojos, estaba roja debido al alcohol.
– ¿Te divertiste? – Preguntó sin malicia.
– Si, ¿Puedes no hablar un poco? Me siento mareada. –
La de ojos grises sonrió, tomando aquello como broma, pero callándose, terminó de ver la película sola, una vez más, la mujer se había dormido en sus piernas y dejó que durmiera ahí, era linda cuando dormía, se veía serena.
Inofensiva.
Al día siguiente, había preparado el desayuno, la cocina nunca fue su fuerte, pero asumía que la chica se iba a levantar con una jaqueca del demonio, así que huevos, tocino y jugo de naranja no iba a ser tan difícil de preparar,
Esperó a que su novia despertara para llevarle el desayuno.
Cuando escuchó un ruido, tomó la bandeja y la llevó al sofá, la chica estaba prendiendo un cigarro.
– Elena, no me gusta que fumes dentro de la casa, sabes que padezco de asma y–
– Y ya empiezas, ¿No puedo siquiera fumar un maldito cigarro? Me duele la puta cabeza, Alex, ¿Podrías ser más considerada? –
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Un amor -indebido- incomprendido
Short Story|Historia lesbica| Alejandra Brennet, una doctora de 30 años quien sufre de depresión y se auto medica desde los 25, cuando tenía 20 conoció a una mujer mayor que ella, quien era machista, muy posesiva y egoísta y ocultaba aquello refugiándose...