[008]

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Incertidumbre



Ref/: Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud.


     Llevaba sentada en aquella incomoda silla al menos una hora, sus ojos cansados clamaban por ser descansados. Pero su mirada gris estaba en la chica de ojos verdes aun inconsciente.

Era solo un golpe, le había dicho la enfermera de turno, se le habían hecho las radiografías y todo estaba bien, lo único que temían era que, la niña debido al golpe en su frente pudiera perder los recuerdos de sucesos recientes.

He ahí su miedo.

¿Y si se olvida que la conoció?

Comerse las uñas le parecía un hábito desagradable, pero se había quedado sin las suyas en lo que va de la hora.

Su entrecejo dolía por la constante posición enarcada en el que estaba, realmente necesitaba que despertara ya.


– Luz... – Susurró una vez más, acercándose a tomar la mano suave de la chica.


Una parte de ella, la moral quizá, se sintió mal, era menor que ella. Una niña y ella, en tan poco tiempo de conocerla sentía "cosas" aún sin nombre crecer en su interior, pero eran inevitables.

Haberla visto a los ojos fue una condena, fue como haber descubierto el universo al que pertenecía, el lugar al que podía llamar su hogar. Aunque ella no supiera.

Suspiró.

Su corazón se sentía como si hubiese corrido una maratón, sentía todo su cuerpo estremecer de lo que quería hacer.

No, no robarle un beso.

Quería hablarle.

Ser sincera.


– Luz, – Su garganta estaba seca. – creo que estás provocando algo tremendo en mí. – Le confesó admirándola. –, y tengo mucho miedo. –


No hubo más respuesta que la inquietud serena que se instaló en su pecho, pero, si no se lo decía ahora, justo ahora cuando podía, dudaba mucho hacerlo después, ella no era así, atrevida.

Al menos no ahora.

Su mirada en medio del silencio la admiraba, Luz era hermosa.


– Hola. – Hablaron desde la puerta tomándola por sorpresa, soltó la mano de Luz con rapidez.

– ¿Qué haces aquí? – Fue lo único que se le ocurrió preguntar.

– ¿Tenías su mano agarrada? – Le levantó las cejas y le sonrió. – Quien lo diría, tan atrevida como siempre. – Le bromeó. –, y respondiendo a tu pregunta, vine a ver como estabas y como estaba ella. – La señaló con el mentón.

– Según la enfermera de turno, el golpe puede ocasionar perdida de recuerdos recientes. – Entristeció.

– ¿Crees que te olvide a ti? – Le preguntó directa su amiga. – Porque yo no. – Le animó.

– Mi experiencia dice que el golpe, según los radiogramas–

– No puedo creer que los hayas pedido. – Carcajeó levemente.

Un amor -indebido- incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora