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Resiliencia.



Ref/: Es la capacidad de sobreponerse a periodos de dolor emocional y situaciones adversas.


     En el carro solo se escuchaban las voces de ambas cantando la canción que vibraba en los parlantes, y sí, era de Fifth Harmony, al parecer a la menor le había gustado el grupo, pero eso sí, tenía sus quejas para con algunas letras.

"No le parecían", según sus palabras, pero no dejaba de gustarle el grupo aun cuando estaban separadas.


– ¿Qué harás esta noche? – Preguntó la de ojos grises en una pausa que hicieron del álbum 7/27.

– Ver una película. – Le sonrió de maravilla.

– Solo películas raras, ves – Carcajeó. –, no entiendo como en ti puede caber gustos tan extravagantes. – Ambas risas se mezclaron.

– Pero si son geniales. – Masculló. – Tenemos que verlas un día. –

– Solo si vemos películas de Disney. – Le guiñó el ojo, pícara.

– De acuerdo. – Tomó su mano en un acto de reflejo y la besó.


Al verla, comenzó a describirla mentalmente, sus ojos grises ocultaban cierto temor, una cicatriz cerca del labio y otra un poco más arriba de la ceja eran apenas perceptibles, su voz era potente pero trémula por ratos y, al verla así, tan frágil se repetía como si de un mantra se tratara que la iba a cuidar, a proteger.

Y maldición, si, entendía que solo era una niña, pero, puede hacerlo.

Puede cuidar de la mujer que está a su lado.

Puede hacerlo y lo hará.

No importa qué se avecine, no permitirá que le hagan daño de nuevo.

En su mente se cuestionaba con alegría, '¿Será así sentirse enamorada?' Porque en su pecho sentía una calidez inhumana, el aire constantemente le refrescaba la garganta al verse revuelto con el perfume de Alex, sus lágrimas a veces querían desbordarse sin compasión por sus orbes cuando la rubia la veía con ternura y su corazón se desbocaba cada vez que Alejandra la besaba.

Sentía una tremenda necesidad de abrazarla y no soltarla, después de lo que le contó, de lo que esa mujer le había hecho, deseó con tantas ganas haber llegado en ese entonces, haber nacido antes y haberla protegido. Su raciocinio a veces le consolaba diciendo que todo llega en su momento, pero, aun así, cuanto hubiese deseado haber llegado antes a su vida.

Saliendo de su trance, vio a la doctora Jenny a lo lejos en el parqueo, usaba una camisa celeste con los bordes del cuello y las bolsas rosa con puntitos blancos.

Alex estacionó su lugar el BMW, tomó del asiento de atrás su bolso y ambas salieron al encuentro de la morena que en una esquina las veía algo ansiosa.


– Ven. – Le tendió la mano a la menor, a lo que esta gustosa aceptó.


Y de la mano se fueron hasta la entrada, sentía su corazón a punto de salir, se mordió los labios en un intento fallido por mantener su emoción oculta.


Epa, pero mírenlas, unas semanas juntas y ya son novias. – Se mofó la morena.

Un amor -indebido- incomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora