Mientras me limpiaba la boca con papel con manos temblorosas, no podía dejar de pensar en cómo le contaría esto a Harry. No sabía si él quería hijos, pero crear uno era cosa de dos. Aunque también podría decidir echarme a la calle si quería. No pude evitar pensar que el mundo se me venía abajo. No entraba en mis planes —aún— tener hijos, pero supuse que las cosas venían y había que apechugar con las consecuencias.
Conocía todos los síntomas a pesar de nunca haber vivido esto antes. Mis vecinas en París habían sido todas madres más jóvenes al poco tiempo de casarse y había visto los progresos, más las cosas que me contaba mi madre. No me hacía falta esperar a que la ropa me empezara a quedar estrecha ni sentirme más sensible, y descartaba esperar a que me creciera la barriga para confirmarlo. Mi madre. Cuánto la echaba de menos y deseaba tenerla aquí conmigo para que me ayudara. Yo no tenía ni idea de cuidar un bebé, y más difícil lo tendría para salir adelante si me quedaba sola.
Ni siquiera me di cuenta de que la puerta del baño estaba abierta y Harry me miraba desde allí. Estaba tan preocupada por todo que no me daba cuenta de lo que pasaba a mi alrededor.
—¿Estás bien? ¿Te ha sentado algo mal de la comida? —En su tono se podía advertir la preocupación. Nos conocíamos de apenas semanas, pero tal vez el estar veinticuatro horas juntos hacía más mella de lo que pensábamos en un inicio.
Suspiré, sabiendo que tenía que ser sincera. No encontraba el valor para hablar, así que empecé moviendo a los lados la cabeza suavemente, diciéndole en silencio que no era eso.
Él se acercó hasta mí, me sujetó la cara suavemente haciendo que le mirase y, en cuestión de segundos, se me nubló la vista por las lágrimas. No quería irme ni despedirme de él. Ni, mucho menos, que todo acabara aquí. Temía por su reacción, aunque no había duda alguna de que este hijo no fuera suyo.
—¿Entonces? Déjame ayudarte, Sienne —parecía y sonaba desesperado, realmente preocupado. Y no pude evitar sentir un atisbo de esperanza. Puse mis manos frías sobre las suyas, que estaban calentitas, y me sentí un poco mejor. Le recorrí con la mirada el rostro y me llené de coraje.
—Estoy embarazada —lo dije alto y claro, sin dudar, y suspiré cuando vi que le cambió el rostro. La duda me asaltó y ya no sabía qué esperar.
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Little Beauty [h.s.] ✓
FanfictionSegunda Guerra Mundial. Sienne se ve obligada a mudarse a otro país porque evacuaron su ciudad ante la llegada de los nazis. Harry -un hombre solitario y poderoso con varias propiedades, que vive en una casa de dimensiones extrafalarias- es el hombr...