Capítulo 24

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Pero antes de irse, me susurró algo sobre «una sorpresa en la habitación» que me dejó desconcertada. Tampoco quise hacerme muchas ilusiones al respecto, puesto que no sabía si era bueno. A lo mejor solo lo dijo para que me quedara toda la noche buscando algo que realmente no estaba para no hacer acto de presencia con sus conocidos.

Qué equivocada estaba. En la cama había un vestido precioso que, en otras circunstancias, jamás habría visto. Era de un tono burdeos, como las cerezas maduras, y tenía un encajado que me tenía los dedos cosquilleando de las ganas que tenía de tocarlo.

Estaba anonadada y ni siquiera me di cuenta de que había entrado alguien.

—Es para ti, Sienne —me dijo Harry poniendo sus manos en mis hombros desde atrás—. Lo vi y me recordó en cierta manera al color que tienen tus labios después de morderlos —afirmó en un tono más bajo, con su aliento en mi oreja, mientras me pasaba el pulgar por el labio inferior.

El hecho de que no le veía de frente me hacía más consciente de lo que estaba pasando. Y el murmullo fuera de la habitación se hizo más fuerte.

Parpadeé un par de veces para concentrarme de nuevo en el vestido y noté que Harry se apartaba.

—Vístete y cuando estés lista, sal, que quiero presentarte a alguien.

Asentí sin decir nada ni mirarle, pero no le pareció suficiente y, de una zancada, se acercó a mí y me giró hasta que estuve de frente a él. Me sujetó la cara con ambas manos alzándola y me besó de una forma completamente desconocida para mí. El beso era profundo, pero no desesperado como todas las noches en las que me había hecho suya. Era concienzudo y sentía todos y cada uno de los movimientos.

Cuando me quise dar cuenta de que se había apartado, ya había salido de la habitación y yo estaba jadeante.

Little Beauty [h.s.] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora