Capítulo 49

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Después de aquella pequeña declaración de amor por parte de Harry, me sentía la mujer más afortunada del mundo. Tenía un pequeño bebé en mi interior, fruto de nuestro amor, y ya me había pedido la mano en matrimonio. No pude evitar mirar a mi lado, donde él dormía plácidamente y me rodeaba con sus brazos. Me sentía mejor que nunca.

De esa parte, me sorprendía el hecho de que no hubiera hablado conmigo nada de la ceremonia, a pesar de que sabía que el ambiente bélico estaba muy tenso. Era lo que todo el mundo hablaba, aunque yo, desde que había llegado a casa de Harry, no había salido y estaba como en una burbuja de felicidad que no tardaría en estallar.

Eso era lo que más me preocupaba. Había perdido completamente el contacto con todas las personas que tenía en Francia, no sabía si estaban bien... si estaban vivas. Se me aguaron los ojos ante tal pensamiento. Tenía tantas ganas de poder escribirles una carta, de contarles todo lo que me había sucedido, y ni siquiera sabía si mis palabras les llegarían algún día. Yo sólo rezaba porque estuvieran bien. Harry me acunó entre sus brazos más estrechamente y suspiré, sintiendo que el sueño volvía a atraparme.

Unas cuantas horas más tarde, cuando Harry me acompañaba desayunando, podía sentir su mirada sobre mí, preocupado. 

—¿Te encuentras bien, Sienne? —Rompió el hielo con esa pregunta tan delicada. Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que no le había respondido—. ¿Sienne? —Volvió a llamarme, esta vez levantándose de la mesa y poniendo una rodilla en el suelo junto a mi silla, cogiéndome una de las manos y llevándola a sus labios para dejar un suave beso.

Esta vez, suspirando, levanté la mirada del plato del que no había comido apenas nada, y fijé la vista en sus preciosos ojos.

—Hace mucho tiempo que no sé nada de mi familia, Harry —le confesé, esperando que me entendiera. Sabía que cuando vine aquí perdería el contacto, pero necesitaba saber si estaban bien.

—Sobre eso, Sienne —Harry se quedó a medias y me puse en lo peor, aun así un atisbo de esperanza era a lo que me aferraba—, envié cartas para anunciarles nuestro casamiento y la llegada del bebé, pero no he recibido respuesta. 

Me quedé en silencio mirándolo, esperando tal vez que siguiera hablando. Pero nada de eso ocurrió. Él me miraba con preocupación, frunciendo el ceño sin soltarme la mano y esperando una reacción por mi parte.

Asentí en su dirección con la cabeza, haciéndole saber que entendía lo que eso significaba. Pero seguía sin creérmelo. Sentí cómo se me empañaban los ojos de lágrimas, llegando hasta el punto de que me chorreaban por las mejillas, pero no tenía fuerzas para hacer nada. Sólo quería que esta pesadilla se acabara.

Harry se levantó, tirando de él conmigo y me abrazó. Me acariciaba el pelo y me repetía una y otra vez que todo estaría bien, que ahora le tenía a él y a nuestro hijo. Pero mi corazón se partía en pedazos al pensar que no podría compartir con mi madre y mis amigas, mi única familia, las dos cosas que me hacían sentir que tenía un propósito en la vida.

Little Beauty [h.s.] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora