Little Beauty [h.s.] ✓

Capítulo 29

Desde esa noche, Harry no volvió a dormir conmigo, ni me hizo más el amor. Pero sí que me castigaba y seguía diciéndome que le llamara papi. Era todo como los primeros días en los que el mínimo fallo me sometía a una serie de azotes, pero, aparte de eso, apenas hablábamos y se pasaba las noches encerrado en su estudio.

Durante el día apenas lo veía. Siempre que preguntaba por él me decían que estaba en la ciudad. La guerra había comenzado y todas las noticias eran sobre el avance de los diferentes países. Echaba muchísimo de menos a mi madre, no había vuelto a saber de ella y, por desgracia, no tenía a nadie que me ayudara para poder enviarle una carta. Igual con mis amigas, si cuando estaba en Francia recibía pocas noticias, ya a esta distancia no sabía nada.

Yo, por mi parte, me veía cada vez más sola y abandonada. No tenía a nadie con quien hablar y tampoco salía mucho de la casa porque no tenía medios para llegar a la ciudad. Estar aislada en esta gran mansión en medio de la nada era inútil. Lo único que podía hacer era salir al campo, pero la soledad me abrumaba y tenía que volver para poder fregar y entretenerme con algo. Lo que fuera para no pensar.

Me sentía muy herida. Apenas comía y le dejaba casi toda la cacerola llena a Harry para cuando volvía a casa. A esa hora siempre estaba yo acostada. Lo escuchaba moverse por la casa, pero poco rato, porque en cuanto terminaba se subía a su despacho.

Yo dormía en su habitación, puesto que nunca me echó de allí, con la esperanza de que alguna noche volvería a mí y a rodearme con el calor de sus brazos. Pero cada día que pasaba esa esperanza era menor. Empecé a sospechar que él tenía a alguien más con quien compartir intimidad, pero nunca lo confirmé. Cuando le lavaba la ropa no encontraba manchas de carmín ni el perfume de otra mujer.

Hasta que una mañana nos reunió a todos, el personal que trabajaba para él y yo, para darnos una noticia. Ese día me temí lo peor.