A la mañana siguiente la tormenta se había ido a otra parte, aunque el techo del Gran
Comedor seguía teniendo un aspecto muy triste. Durante el desayuno, unas nubes enormes de color gris se arremolinaban sobre las cabezas de los alumnos, mientras Harry, Ron, Lucy y Hermione examinaban sus nuevos horarios. Unos asientos más allá, Fred, George y Lee Jordan discurrían métodos mágicos de envejecerse y engañar al juez para poder participar en el Torneo de los tres magos.- Hoy no está mal: fuera toda la mañana - dijo Ron pasando el dedo por la columna del lunes de su horario -. Herbología con los de Hufflepuff Cuidado de Criaturas Mágicas...
- ¡No! - se lamentó Lucy -, seguimos teniéndola con los de Slytherin...
- Y esta tarde dos horas de Adivinación - gruñó Harry, observando el horario.
Adivinación era su materia menos apreciada, aparte de Pociones.
- Tendríais que haber abandonado esa asignatura como hice yo - dijo Hermione, untando mantequilla en la tostada -. De esa manera estudiaríais algo sensato como Aritmancia.
- Yo no soy de números - replicó Lucy.
- Estás volviendo a comer, según veo - dijo Ron, mirando a Hermione y las grandes cantidades de mermelada que añadía a su tostada.
- He llegado a la conclusión de que hay mejores medios de hacer campaña por los derechos de los elfos - repuso Hermione con altivez.
- Sí... y además tenías hambre - comentó Lucy, sonriendo.
De repente oyeron sobre ellos un batir de alas, y un centenar de lechuzas entró volando a través de los ventanales abiertos. Llevaban el correo matutino.
Las lechuzas volaron alrededor de las mesas, buscando a las personas a las que iban dirigidas las cartas y paquetes que transportaban. Un cárabo grande se acercó a Neville y dejó caer un paquete sobre su regazo. A Neville casi siempre se le olvidaba algo. Al otro lado del Gran Comedor, el búho de Draco Malfoy se posó sobre su hombro, llevándole lo que parecía su acostumbrado suplemento de dulces y pasteles procedentes de su casa.
Una lechuza grande , gorda y oscura se posó en el asiento vacío que había junto a Lucy. Era la lechuza de su abuela.
- Hola - dijo Pelos, masticando su lechuga.
- ¡Hola, Antón! - saludó Lucy.
- Buenos - dijo Antón con su profunda voz -. Tu abba te manda esta carta.
La pelirroja cogió la carta que la lechuza le traía.
- Muchas gracias - dijo.
- ¿Sabes dónde puedo encontrar algo de desayuno? - preguntó Antón -. Tengo hambre.
- Sí, aquí al lado hay una lechuzaría. Pregunta a las demás; te indicarán el camino.
- De acuerdo.
Antón se despidió y salió volando por la ventana, detrás de un par de lechuzas.
Lucy abrió la carta.
Querida Lucy:
Tu banma me ha informado de que necesitas un vestido de gala para este curso. Puedo hacértelo yo, pero as a tener que mandar me tus medidas, porque has crecido mucho este año.
Espero que disfrutes mucho este curso. Manda saludos a Ojoloco de parte de tu abnuck. Y a tus pritkos también.
Mándame tus medidas cuando puedas.
Un beso,
Gadea.- Mi abba os manda saludos - informó Lucy.
Después del desayuno, todos marcharon al Invernadero, la primera clase del día.
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Lucy Weasley y el Cáliz de Fuego ✔️ [LucyWeasley II]
FanfictionSEGUNDO LIBRO DE LA SAGA DE LUCY WEASLEY Tras un extraño y ajetreado curso, llegan las vacaciones para Lucy, las cuales pasa pintando, pasando las tardes con sus primos y escribiendo a su amigo Sirius, un fugitivo de la ley mágica. Asiste con su fa...