Lucy Weasley y el Cáliz de Fuego ✔️ [LucyWeasley II]

28. Lucy Weasley en portada

- Entonces es un grupo de "rock" muggle.

- Sí. Y uno de los mejores.

- Pero si los cuatro son hombres, ¿por qué se llaman Queen? ¿No debería ser King o algo así?

- La razón no la sé, Lucy. Pero lo importante es que son leyendas de la música.

- ¿En serio? - dijo emocionada la pelirroja -. Ya entiendo por qué Remus me ha regalado ese disco. ¿Crees que podrías llevar a alguno de sus conciertos algún día? ¡Por favor, Harry!

- A mí también me hubiera gustado ir - opinó Hermione mientras bajaban las escaleras -. Pero ya no creo que se pueda. El cantante murió hace unos tres años.

- Sí, pobre Freddie - suspiró Harry -. Con lo majo que era.

- ¿Se puede saber a qué viene esta conversación? - dijo Ron cuando llegaron frente al cuadro del frutero.

Lucy explicó que Remus la había enviado por su cumpleaños un disco, en compañía de una nota:

Querida Lucy:
Te envío este disco de uno de mis grupos muggles favoritos, Queen. Son realmente buenos. He grabado varias canciones que creo que te gustarán, para que las escuches este verano. Espero que las disfrutes.
Remus.

Lucy deseaba poder tener su tocadiscos allí para poder escuchar alguna de las canciones de ese grupo.

Pero ahora se dirigían a las cocinas para hacer una visita a Dobby y a Pepper.

- Yo espero que a Dobby le gusten los calcetines - dijo Harry cuando entraron a las cocinas -. Y hablando del rey de Roma...

Dobby y Pepper se acercaban corriendo a ellos. El segundo llevaba en las manos una pequeña caja envuelto en papel de regalo. Se detuvieron ante ellos, con una gran sonrisa dibujada en sus rostros.

- ¡Pepper y Dobby se enteraron de que ayer fue el cumpleaños de Lucy Weasley! - dijo Pepper con emoción -. Así que la quieren hacer un regalo.

- ¡Ah! - sonrió Lucy, agachándose y cogiendo el regalo con cuidado -. Muchas gracias, chicos.

Los elfos parecían realmente emocionados. Lucy abrió la caja, descubriendo un bizcocho de chocolate adornado con virutas de azúcar de colores.

La pelirroja les dio un abrazo de agradecimiento, y Pepper estuvo a punto de echarse sobre ella de nuevo y empezar a llorar. Pero Dobby sí que estuvo a punto de llorar a mares cuando Harry le entregó los calcetines que le habían comprado.

- ¿Dónde está Winky, chicos? - quiso saber Hermione, que había estado buscándola con la mirada.

- Winky está junto al fuego, señorita - dijo Dobby en voz baja.

Los chicos miraron hacia la chimenea. Winky estaba sentada en el mismo taburete que la última vez, pero se hallaba tan sucia que se confundía con los ladrillos ennegrecidos por el humo que tenía detrás. La ropa que llevaba puesta estaba andrajosa y sin lavar. Sostenía en las manos una botella de cerveza de mantequilla y se balanceaba ligeramente sobre el taburete, contemplando el fuego. Mientras la miraban, hipó muy fuerte.

- Winky se toma ahora seis botellas al día - informó Dobby.

- Bueno, no es una bebida muy fuerte - comentó Harry.

Pero ellos negaron con la cabeza.

- Para una elfina doméstica sí que lo es, señor - explicó Pepper -. Pasa igual que con Lucy Weasley y su madre Roxane Moon.

Ella volvió a hipar. Los elfos que les habían llevado los pastelitos le dirigieron miradas reprobatorias mientras volvían altrabajo.

- Winky está triste - dijo Dobby apenado -. Quiere volver a su casa. Piensa que el señor Crouch sigue siendo su amo, señor, y nada de lo que Dobby y Pepper le digan conseguirá persuadirla de que ahora su amo es Albus Dumbledore.