✔EL CONCEJO © [EN CORRECCIÓN]

"25" •AMENAZA•

Narra Logan.

—¡Rápido que no tenemos todo el día!

Sus gritos se escuchaban en todo el campo. Estábamos preparándonos para traer a las otras manadas y clanes, sólo faltaba que los brujos y hechiceros se reunieran para poder empezar con el hechizo.

Sara estaba demasiado cambiada. No sentía nada de ella, había bloqueado por completo nuestro lazo. Me dolió en serio, cuando sentí el lazo ser más débil, me dolió como nunca. No pensé que cambiará de esa manera tan radical. Ayer era mi Sara y hoy ya no. Sólo la quería de vuelta. Pero a todos nos trataba fríamente, como si no fuéramos nada de ella, sólo guerreros.

Estaba gritando órdenes, caminando de un lado a otro. Y mi pregunta era si en algún momento ella volverá. La idea de Heather fue tentadora, pero jamás aceptaría algo que dañara a mi chica, la amo y a pesar de que no era ella no deseaba hacerle algún mal.

Con cada orden que da, siento que dice alejarse. Que no quiere dañarnos. Ella siempre fue una de esas mujeres que les importa más los que tiene a su alrededor en lugar de preocuparse por ella misma. Pero... ¿De que nos aleja?

Narra Sara

*Todo ésta listo, es hora de la acción. —Escucharlas hablar y no poder hacer nada es frustrante.

He intentado mil maneras para tomar de nuevo el poder de mi cuerpo, pero lo único que logro es que ellas se fortalezcan y me empujen más profundo en nuestra mente. Esto ya no es trabajo en equipo, esto es un mal plan.

#Bien, sólo hay que esperar unas horas, para que el sol se ponga y así comenzar con el plan.

Ares y Sharia comenzaron a caminar por todo el recinto. No me gustaba para nada hacia donde iban, estaban caminando a la cabaña de mi abuelo. Bentley... él debe saber que no soy yo.

•No lo hagan —Mi voz fue apenas un susurro. Ellas se detuvieron cuando estaban a Punto de abrir la puerta—. Por favor, chicas. Es nuestro abuelo, no sigan con esto.

#Luego nos lo agradeceras.

*Sara, es lo correcto. Así se salvarán las vidas. Espero, puedas perdonarnos.

•¡No! ¡Por favor! ¡Chicas!

Volví a perder la conexión. Y ellas se adentraron a la cabaña, escanearon la primera planta, luego caminaron a la cocina. Ahí estaba él, sentado comiendo lo que parecía ser sopa de verduras. Quise gritar para que no se creyera nada de sus mentiras. Pero mi voz había sido robada.

Las chicas se acercaron de manera seria, mi abuelo volteó al sentir su poderosa presencia. Las observó primero y luego sonrió. No, que no se crea nada. Es lo único que ruego.

—Hola, abuelo. —Saludaron. Bentley sonrió de manera tierna.

—Hola, querida. Me alegro que estés bien —Tomó una taza y bebió de su café—. Espero, estés lista para esta noche. Todo debe salir perfecto.