"20" •TE AMO•

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Las cosas no podrían ir mejor

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Las cosas no podrían ir mejor. Ya han pasado dos semanas desde que desperté como una Hechicera y todo marcha viento en popa. Bentley ya contacto con los otros hechiceros y cada día le mandan coordenadas de su paradero, así estamos informados.

Respecto a los demás, ellos están entrenando y trabajando duro para estar preparados en la guerra que se avecina. Todos estamos muy tensos cada vez que se habla de los Cazadores Impuros.

Mi magia a avanzado bastante, mi abuelo dice que mi entrenamiento es el más avanzado, que si fuera un principiante ordinario, tendría que tener varios meses más de entrenamiento mágico.

Por otro lado, me enteré que Sylvia y mi abuelo se conocían desde antes de que naciera. Al parecer, fueron algo y mi abuelo aún no lo supera. Se lanzan miradas significativas, a veces incluso los veo hablar tranquilos, según ellos nadie los ve.

Mi relación con Heather, va mejorando de poco a poco. Ya no hay odio, pero tampoco amistad, estamos en tregua. También me ha ayudado con algunos trucos y le he enseñado unos también, es muy buena persona. A veces me culpo por su comportamiento tan frío con los demás, ya que fui la culpable de eso.

Me he enterado por mis propios medio sobre el pasado de cada uno de los chicos, desde el clan de Abie, hasta la manada de Logan. Sus vidas han sufrido, incluso me he sentido peor persona. Pero me doy cuenta que no cambio nada con ocuparme, así que sólo trato de mejorar su felicidad. Claro, con acciones, no con palabras.

Respecto a Logan... ha estado un poco alejado de mi. Ya no me busca como antes y me ignora la mayoría del tiempo. Sólo cuando es necesario me dirige alguna oración o frase. Desde que desperté, mis sentimientos son más impulsivo. No controlo del todo mis emociones. A habido ocasiones en las que mis sentimientos toman control de mi magia y causo desastres.

Y... cuando estoy cerca de Logan, mi pulso se vuelve loco, no controlo mi respiración. Me dan unas inmensas ganas de  lanzarme a sus brazos, besarle y decirle que lo perdono… pero esos pensamientos se disipan cuando él no me ve, o se va sin decirme nada.

Me pregunto si fui yo la estúpida que no supo como controlar su corazón y, lo dejé entrar a mi. Pero el ser mi mate, le da muchos privilegios en mi ser. Paso días y noches pensando en como pudo llegar a tanto mi dolor, ese que me cegó y tomé la maldita decisión de salir de ese refugio.

Ahora estoy pagando las consecuencias, ya que mi cuerpo lo anhela, lo extraña. Y mis labios desean volver a besarle, sentir sus labios en los míos y robar el aire.

Lo necesito...

—¿Quieres ir a correr con nosotros? —Me pregunta Lea.

—Oh. No, estaré bien aquí. Vayan ustedes. —Ella entrecierra los ojos y suspira. Camina hacia mi y se sienta a mi lado.

—Oye, se que te sientes mal. No se por que, pero se cuando algo te angustia o duele, conozco todo de ti. Así que, me dices los que te pasa o te lo saco por las malas. —Ambas soltamos unas risas. Lea me conoce desde varios años atrás, prácticamente somos como hermanas.

✔EL CONCEJO © [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora