"24" •PROFECIA•

60 7 0
                                    

—Hay que encontrarla, ¿Dónde podría estar? — Pregunto desesperado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Hay que encontrarla, ¿Dónde podría estar? — Pregunto desesperado. Ella no puede volver a ser así, ella no es así. No podría ¿O si?

—No lo sabemos, el bosque es extenso, además, ella no es predecible como para…

—El bosque… la zona que ella quemó. —Bentley se queda pensando por unos segundos y luego asiente.

—Ese podría ser el punto. Hay que ir antes de que lo mate o haga cualquier locura.

Todos asienten y empiezan a alistarse. Sólo espero que no cometa una locura. Ella no puede volverse despiadada. Es mi mate, mi vida… no permitiré que sea consumida por el dolor y el odio.

Narra Sara

•Sigue inconciente, no ha despertado. Y eso que no lo golpe fuerte.

#Déjalo, ya despertará.

No espere más y ya cansada me acerqué a el cuerpo tirado en el suelo, de una pata en las costillas se despertó. Se paso la mano por la parte lastimado, eso se le quitará en menos de cinco minutos.

Al verme lo único que fue capaz de hacer fue reír. Ya estaba cansada de que sólo se riera de mi, ahora era mi turno de reírme de su dolor y desgracia. Ya no importaba lo que sentía por el en el pasado, ahora sólo quería venganza, me había hecho pasar por tanto. Y ahora sólo se burlaba de mi y el dolor que sentía por su culpa.

Me puse de cuclillas a su altura. Incline un poco mi rostro hacia un lado y lo vi con un vacío. Ese chico me había salvado de muchas en el pasado, ahora que yo deseaba hacer lo mismo, me había salido con que era el traidor. Y el causante de muchos de mis problemas y dolores.

—¿Qué pasa? ¿Vas a matarme ahora? ¿Quieres sentirte grande con esta hazaña?

Cada palabra que salía de su boca era comí un cuchillo filoso calando lentamente en mi, quemando a su paso y dejando una enorme herida. Sólo que en mi ya no podía haber heridas.

—Algo así —Me levante—. Quiero respuestas.

Soltó una risa y se levantó con un poco de dificultad, ahora no siento lástima por él. Sólo las ganas de querer asesinarlo.

—Dime, ¿Qué quieres saber?

Aún sin quitar esa sonrisa de su rostro tuvo las agallas de caminar a mi unos pasos. Me quedé pensando en qué podría preguntar. Conociéndome iba a dejar lo sentimental al final.

—¿Siempre fuiste el traidor? ¿Desde el principio estuviste con Clayton?

Su sonrisa vaciló, pero aún así de tenso respondió.

—No —Su sonrisa se borró y yo me sentí desfallecer con esa palabra—. En realidad, fue tiempo después, cuando te encontramos de nuevo.

Están a dispuesta a escuchar la historia completa, con tal de saber la verdad.

✔EL CONCEJO © [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora