✔EL CONCEJO © [EN CORRECCIÓN]

"5" •LA VERDAD•

En el transcurso de la vida, sufrimos más, en vez de ser felices. Ahora me doy cuenta que la vida no se trata de felicidad y momentos de dolor. No; se trata del sufrimiento y momentos de felicidad.

Tenemos que aprovechar los pequeños momentos de felicidad que tenemos, por que después volveremos a sufrir. Esos momentos de felicidad deben ser guardados en nuestros corazones ya que esa felicidad; ese amor, nos ayudaran a pasar ese sufrimiento.

—¿Sára? ¿Estas ahí? —Preguntan tocando la puerta de mí habitación, me siento en la cama.

—Si, ¿necesitas algo? —Pregunto, la puerta se abre, dejando ver ha Abie.

—Em... ¿Puedo pasar? —Asiento y ella deja la puerta entre abierta, no la cierra—. Quiero hablar contigo Sára... ¿Podemos?

Me quedo un tanto pensativa, pero... Asiento, después de todo, ella no es una chica mala, al contrario, ha sido muy amable al igual que Sylvia.

—Claro, ¿de que quieres hablarme? —Digo acomodándome en mi sitio, ella se sienta enfrente de mí. Se ve indecisa en si decirme o no.

—Quiero... Yo... —Suspira—. Quiero saber de tu vida, más bien. Tú pasado.

Me quedo paralizada ante su confesión, nadie de aquí ha querido saber mi pasado, menos Logan, ya que él es quién menos se preocupa por mí, aún siendo mi mate. Pestañeo varias veces tratando de regresar a la realidad, la miro por unos segundos más y suspiro.

—Esta bien... ¿Qué quieres saber? —Pregunto tranquila, aunque hablar de mi pasado es muy duro para mí. Ella se sorprende ante mi respuesta.

—Creí... Que te negarias —Dice bajo, casi en un susurro y apenada ante su pensamiento.

—Tranquila, además —Suspiro—. Necesito desahogarme. Nunca lo he hecho... —Digo mientras la observo con una sonrisa.

—No te preocupes... Es más, por eso estoy aquí, se que has sufrido mucho, aunque no sepa por que. Ya que uno de mis poderes como vampira es la empatía —La veo con sorpresa y ella suelta una risa—. Sylvia también tiene un poder, ya que es bruja, ella puede leer mentes... Pero lo extraño es que no logró leer tú mente, es como si estuviera bloqueada. —Me mira con confusión.

—Es por que tengo un bloqueo. —Me mira aún más confusa.

—Pero, sólo los vampiros pueden hacer eso.

—Es que... También soy vampiro —Digo un tanto tímida.

—¡¿Como es posible?!. —Se exalta.

—Te contaré mi Pasado, tal vez así entiendas —Le digo algo seria, ella asiente y me hace una señal para que hable. Suspiro.

—Verás todo empezó cuando yo era una niña de tan solo 14 años...

Una mañana de noviembre, estaba afuera de mi casa, recostada en el campo de flores, me gustaba ver el cielo y las nubes; esos hermosos dibujos que se hacen en ellas. Lo hacíamos todos los días mis padres y yo, era algo que nos encantaba hacer.