✔EL CONCEJO © [EN CORRECCIÓN]

"26" •DECEPCIÓN•

Logan

—¿Aun no despierta? —Negué  sin ver el rostro afligido de Sylvia. Sara llevaba un día entero sin despertar, según me dijeron algunos brujos que habían despertado ya, era muy normal para alguien que era nuevo en esto de la magia y su uso extremo de la misma.

Abie no ha querido hablar desde que me ayudo a llevarla a su habitación. Dice sentirse bien, pero la mirada perdida y los constantes susurres sin sentido dicen lo contrario. Así que justo ahora hemos decidido alejarnos de la cabaña y reorganizar a los nuevos refugiados. Lea no esta de acuerdo en dejar sola a Sara, pero es lo mejor que se puede hacer al saber que ella es quien nos ha estado dejando de lado en todo, incluso en sus batallas  o toma de decisiones.

—Me dijo un brujo que lo mas probable es que despierte mañana —Observe como Abie se tensaba—. Su magia fue drenada en menos de una hora, así que estará cansada. —La rubia no parecía estar contenta, mas bien, se veía pensativa.

—¿Que te sucede Abie? —Todos voltearon a verla, pero no contesta a la pregunta de su pareja. William intenta abrazarla como siempre lo hace pero la rubia lo rechaza y sale caminando como si la vida se le fuera en eso.

—Algo le sucede... —Murmuró Chase.

—¿Qué podría ser? Ella sabe cosas que nosotros no, su poder va más allá de escuchar pensamientos... ahora lo sabemos. —Heather tenía razón en cierto punto. Pero ninguno estaba de acuerdo en que Abie podría mentir en nuestras caras, no era de esas chicas. Jamás lo fue.

—Solo esta... cansada, es todo. Debe sentirse mal por que Sara este en cama... sin despertar todavía. —Las palabras de William sólo incomodaron, nadie quería pensar mal de nuestra amiga, pero ella misma nos dejaba ver las cartas para ganar el juego.

Suspiro, me colocó de pie y despido de todos. Al parecer no tiene mucho que hacer hoy. Estaba dispuesto a ir con Sara, pero veo a Heather discutir con Chase, ambos se gritan cosas y la mayoría del refugio los debe estar oyendo.

—¡Hey! ¡Ustedes dos! —Ambos me voltean a ver cuando les grito. Con un gesto de cabeza les indicó que me sigan, eso hacen.

Pasamos del refugio y nos dirigimos al bosque, lo que quedó más o menos.

Verlos pelear me saca de quicio, sobre todo cuando ninguno de los dos es capaz de ver mas allá del otro, se pasan sacando lo peor de ambos. ¿Cuando aprenderán?. Los llevo conmigo caminando, no se donde detenernos pero haré el esfuerzo para que dejen de incomodar al resto.

—Bien —Me detuve—, en pocas palabras: ninguno quiere ver al otro, ni siquiera a la vuelta de la cabaña —Negaron en lo que se separaban del otro como si fuera la peste, bufe—. Así que me tome la pequeña libertad de hacer esto —Mis ojos se volvieron amarillos, de tono mas fuerte que existiera atrapando a ambos chicos en la hipnosis por el poder del alfa—. No saldrán de este bosque a menos que hayan resuelto sus problemas. Si no es así, preparen-ce para vivir aquí el resto de su existencia.