I'm A Cool Girl.

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Daren.

—No me había fijado en ella. ¿Como no pude haberme fijado en ella el año pasado, y según tengo entendido, lleva tres años en el colegio?— Proseguía hablando.

Ella estaba acostada en la cama mirando hacia la nada. Mientras yo estaba sentado en una silla, con los pies encaramados en el espaldar de hierro blanco.

—Acabo de dejarla en su casa.— Dije en tono burlón. —Pero no entré eh!— Dije en tono serio y señalándola. Ella movía sus dedos de vez en cuando, como si estuviese acariciando la blanca sábana.

Como si estuviera escuchándome.

Miré por la ventana, ya había anochecido, permanecí callado, disfrutando el silencio, escuchando los grillos cantar, junto a mi acompañante. La felicidad duró poco, ya qué acaba de entrar la mujer que mas detesto en el universo.

—No me mires así— dijo molesta. —Te dejé estar con ella mas de lo habitual.

Suspiré

—Tienes razón.— Le dije mirando a lo que era mi compañía hace una hora y media. —Adiós señorita, no le digas a nadie lo que te conté hoy.—dije burlón. —Mantente calladita— dije guiñándole un ojo y saliendo de la habitación.

—Eso no es gracioso, Daren—escuche a la enfermera antes de cerrar la puerta.


Ana.


—¿Quién es ella?—dijo el chico de pelo largo mirándome descaradamente de pies a cabeza—.Elena pensé que eras mi amiga, por qué nunca me presentaste esta belleza?— dijo fingiendo tristeza.

—Cállate—se quejó Elena mientras se enganchaba de mi brazo.

Kennet salió para recibirnos, también se sorprendió cuándo me vió.

—Amiga de Elena!— Se acercó a nosotros con su sonrisa característica.

Siempre alegre.

Quién no lo fuera siendo clase media alta, apuesto y capitán del equipo.

—Así que te dejaron entera...— Mirándome burlonamente seductor.

De los tres, solo yo entendí eso.

—Ana. Su nombre es Ana— dijo Elena virando los ojos. —Ya entremos, tengo hambre!— concluyó.  Halándome a la casa.

Lo primero que pude ver al entrar, varios cuadros familiares, una familia de cuatro, ya que veo una niña de algunos 7 años en un cuadro. También hay un trofeo un poco grande en una mesita con porta retratos alrededor. Su casa es grande y muy pintoresca. Nadie ha salido a recibirnos así que...

—Mi familia no está, así que siéntanse como en su casa.—estoy muy segura que esto lo dijo para mí, ya que soy la única nueva aquí. Y, a parte que lo dijo mirándome.

Subimos por unas escaleras dónde también habían retratos. Hay uno en particular que me llamó la atención. Una pintura al parecer hecha por un niño de 6 años. ¿Enserio pagaron por eso? y como si Kennet estuviese leyendo mis pensamientos...

—Lo hizo mi hermana— dijo volteando su cara mirarme.

Ah.

Entramos a una sala súper grande y fría. Las paredes eran oscuras, había una pantalla plana super grande. El piso estaba tapado de alfombras y habían muchos cojines de todos los tamaños.

¡Ah!

Y comida.

Mucha comida.

Estaba en el paraíso. Hendrix de Wyclef Jean sonaba en unas bocinas. Recién me fijo que también hay alcohol.

Oficialmente estoy en un junte, con personas de mi edad.

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La película de terror iba por la mitad. Elena y Kennet se besaban como locos haciendo de cuentas que su amigo y yo no estamos aquí, mientras yo como palomitas y esquivo las miradas del tipo, quién se acercaba mas a mí, pensando que lo hace disimuladamente—. No nos hemos presentado— dijo tratando de ser... ¿Seductor? lo mire de reojo—.Soy Jayson, y tu?

—Ana— dije seco, fingiendo estar concentrada en la película. Vi como se pegaba aún mas.

—Que tal si tu y yo...?

—Tengo novio—Ni el desierto Sahara había sido tan seco como mi respuesta.

—Ok...ok ya entedí— dijo alejándose y sonriendo.

—Ok!¡vamos a beberrr!— dijo una Elena muy animada. Buscó las bebidas. Hacía una liga muy rara en mi vaso.

Si señores, ya había bebido antes, no me crean tan inocente.

El timbre de la casa sonó. Kennet sonrió mientras bajó a recibir a quien sea que toco el timbre. Al cabo de 5 segundos, entraron alrededor de 4 personas más. Entre tanto reconozco una amiga de Elena, Tiara la rubia. Es muy linda, lleva un vestido corto que llama mucho la atención.

Habían pasado alrededor de dos horas y ya me sentía muy feliz, a causa del alcohol. De hecho todos estamos felices. Estamos jugando a la botella. Las reglas son simples: Si no quieres besar a nadie, te quitas una prenda. Por el momento no me había tocado.

¡Pero mierda!

¡Que bien la estoy pasando!

He reído tanto que me duele la panza, al final Jayson resultó ser un payaso y Tiara una chica muy cool, al igual que los otros chicos.

Así se siente estar en un junte con chicos cool.

Me siento cool.

Desgraciadamente la botella esta vez apunto hacia mi, todos me aplaudían y gritaban cosas como que bese Jayson u otro chico del grupo. Sentía que el alcohol había subido a mi cabeza. No lo puedo negar, me sentía muy bien, atrevida y divertida. Miré a los dos chicos a ver por cual me voy a decidir. Sonreí para mi misma y todos se sorprendieron por la opción que elegí. La boca de todos estaba en una perfecta ''O''.

Me quite el abrigo, mientras giraban la botella nuevamente.

A estas alturas todos estábamos semi-desnudos, Elena ya estaba super borracha, yo iba por el mismo camino.

—Tengo calor..—Dijo Elena entre risas. A lo que Kennet respondió: 

—TODOS A LA PISCINA!

Bajamos todos las escaleras, no hacía calor, pero el alcohol estaba haciendo de las suyas. Que mejor lugar que una piscina. Sigo a Elena, pasamos por la cocina para llegar a una puerta de cristal donde del otro lado se apreciaba una piscina mediana. La luz de la noche hace que el color azul resalte, y el agua se ve hermosa. Alguien se dedicó a bajar el radio hasta la piscina.

Ahora nos encontramos todos aquí, haciéndonos de cuenta que nuestra ropa interior es un traje de baño, veo como a Tiara se les notan los pezones debajo de la tela de su bra, pero literalmente no le importa porque se las mira y sabe que están casi visibles.

Suena el timbre, y Kennet va rápidamente a atender.

Me encuentro nadando ahora mismo.

Relajada.

todo me causa risa.

Tomo mi vaso en la orilla para darle un sorbo, pero el hielo se derritió.Salgo de la piscina y entro a la cocina dispuesta a buscar hielo, abro una vitrina de las que están arriba y me río al instante, por la estupidez que acabo de cometer.

¿A quien se le ocurre buscar hielo en una vitrina?

A mí.

Porque estoy ebria.

Me doy la vuelta y me quedo paralizada. De nuevo siento ganas de reír, y no por mí, sino por la expresión que tienen los ojos que me están mirando ahora mismo, me mira de arriba abajo tratando de asimilar lo que ve.

Es Daren, siempre Daren.

Simple Y Complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora