Respirar.

21 8 0
                                    


Ana:

Me despido de mi padre, mientras me subo al autobús, me siento y me pongo mis audífonos. El domingo es un día muy aburrido para mi, casi siempre hace calor, hay mucha gente en las calles, y lo peor de todo es que el día siguiente es lunes, recordando que no he hecho ninguna tarea. Miro la hora en mi celular, aun me da tiempo para pasar por el centro comercial a comprar mi tan necesitada cajita con seguridad. 

Me bajo en la parada cercana al centro, y me dispongo a buscar el artefacto, paso por un escaparate de ropa íntima y la curiosidad me consume, entro al lugar mirando hacia los lados que nadie me vea, mi mente curiosa observa cada artículo de la tienda.

¡Es que hay tantas cosas!

Desde golosinas en forma de partes íntimas, hasta bragas comestibles, vibradores, prendas que no entiendo como se coloca en el cuerpo.

¡WTF!

Me sorprendo al ver una cajita de metal, rosa pastel decorada con estampados de rosa fucsia, y trae su candado rosa también. Al final de todo valió la pena ser tan curiosa, conseguí mi caja sin tener que dar muchas vueltas. 

Veo unas chicas salir de la tienda que está al lado, y conozco una muy bien, es Emma. Su sonrisa se esfumó cuando me vio, decido marcharme, su presencia me incomoda, al imaginarme que puede tener algún tipo de relación con Dylan, y recién recuerdo que no le he devuelto las llamadas. Marco su número para llamarlo pero me manda al buzón.

¿Y si le pasó algo?

Comienzo a preocuparme. Intento llamarle nuevamente pero no consigo contactarlo, es algo lógico que después de tener tantas llamadas perdidas y ahora el no conteste provoque que me preocupe. Me decido por ir a su casa.

Sin darme cuenta tengo a Emma a mi lado junto son sus amigas. La miro extrañada.

—¿Andas solita?— dice burlona.

Me abstengo a responder, la empujo y trato de alejarme, pero me agarra del codo.

—¿Ya te dijo?— Pregunta con una sonrisa en su cara. Me suelto de su agarre.

—¿Decirme qué?¿Que eres una perra?—dicho esto su sonrisa desaparece nuevamente. Decido no perder más mi tiempo y me marcho.

***

He tocado la puerta mas de 3 veces y no recibo respuesta, recuerdo haber tenido una copia de su llave pero creo haberla perdido. Escucho el sonido de una moto llegar, volteo y definitivamente es él, pero noto algo extraño, se baja de la moto dejándola caer, está...enojado?

Está mas que enojado.

Me encojo debido al impacto de la moto al caer.

—¡¿POR QUÉ NO CONTESTABAS?!— Me grita. ni siquiera me inmuto a responder, solo miro su expresión, las venas de su cuello sobresalen, está pálido, su labios están resecos y tiene problemas para hablar. Le toco el rostro preocupada, acción que produce que reaccione y me empuje, caigo de forma brusca al piso, golpeándome los codos con el duro piso.

Dylan al verme en el piso, reacciona inmediatamente, pestañea varias veces, para luego acercarse preocupado, me alejo a causa del miedo, eso lo enfurece y se dirige a su casa, me quedo paralizada sentada en el piso, no sabía como reaccionar a lo que acaba de pasar, el no es así, nunca me había gritado de esa forma, nunca me había empujado.

Con las manos temblorosas recojo mis cosas desparramadas en el piso, dispuesta a irme, pero su voz me detiene.

—Ana...ana por favor.—Me agarra por el brazo, gimo de dolor, el se percata de mis codos raspados. —Déjame curarte...—Lo miro enojada. —Por favor...— Musita suplicante. Lo miro por unos segundos y asiento. Entramos a su casa.

Me siento en el borde de su cama mientras el cura mi codo con alcohol, no puedo si quiera mirarlo, sigo sorprendida. Él toma mi mentón y me obliga a mirarlo.

—Sabes que nunca me atrevería hacerte daño, lo sabes no?— No le respondo. Me da un casto beso en los labios, que no intento corresponder, posa su mano en mi cintura dispuesto a levantar mi sweater, Reacciono y lo empujo cabreada.

—¿Así piensas resolverlo?—Me pongo de pie enojada.

—De acuerdo.—responde molesto—Lo siento. ¿Ya contenta?—Lo miro mientras la ira se acumulaba en mi garganta.

—Sabes que?— Digo recogiendo mis cosas. 

Eres un idiota.

—Estoy muy cansada.—Si quieres hablamos mañana.

—¿Por qué eres tan exagerada?—dice enfadado. Me doy la vuelta sorprendida. Levanto mis brazos.

—¿Esto no es nada?— Le digo enseñando mis codos vendados. Siento como las lágrimas amenazan en salir. No espero su respuesta, salgo lo más rápido posible. 

Camino a paso rápido sin detenerme, mis pies comienzan a arder, sin darme cuenta ya estaba cruzando por la casa de Kennet, mientras murmuro todas las malas palabras posibles que mi mente pueda saber, sin darme cuenta choco con alguien y mis cosas vuelven a caer al piso, maldigo sin importarme quien sea que este frente a mi, me agacho a recoger mis cosas, cuando me percato que unas manos me ayudan, levanto mi vista y no pude disimular mi cara de asombro.

Es Heather, me está ayudando!

Que momento tan incómodo.

—Para verte tan inocente tienes un vocabulario muy sucio.—dice mientras me entrega la funda con mi cajita especial. Ni siquiera le respondo, solo la miro de reojo.

¿Se supone que tengo que entablar una conversación con la novia del chico con el que soñé cosas obscenas?

Espera.

Me estoy alterando.

—G-gracias.— Respondí con dificultad, aún sin mirarla.

—Ni te emociones, solamente te ayudé porque en parte fue mi culpa.— dicho esto se marcha.

¿Wtf?

¿Que le pasa a la gente?

Continuo mi camino a mi casa, aun siento ganas de llorar, solo quiero entrar a mi habitación y

... respirar... 

solo respirar.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Hasta el capítulo :D

Voten si les gusta mi historia, y si no... pos voten también :v

Simple Y Complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora