Cafetería.

40 7 2
                                    


Desperté de golpe, y miré el reloj color rosa en la pared, tengo media hora de retraso. Me levante rápidamente para ir al baño pero, tuve que volver a sentarme. Mi cabeza dolía, y mucho.

Me dí una ducha rápida para poder cambiarme rápido también. Recogí mi mochila dispuesta a irme mientras buscaba mi celular, pero no lo encontraba. Si antes tenía media hora tarde, ahora estoy completamente atrasada, busco como loca mi celular. Al final decido rendirme.

Cuando regrese lo busco bien.

A sobrevivir a un día sin celular se ha dicho.

Salí de mi casa y vi a mi madre a punto de encender el auto para irse.

—Sube, hoy te llevaré— dijo mi madre muy animada.

Vaya

Me subí al auto y arrancamos. 

Diez minutos de camino y nunca había visto a mi madre sonreír mientras conducía. Cabecea y canta mientras en la radio suena Bill de Lunchmoney. La miraba sin comprender lo que pasaba. Tengo una ventaja porque si está feliz entonces no me regañará por llegar tarde. Me dejó en la escuela y se despidió contenta.

Definitivamente tiene que ver con lo de anoche.

Entré a paso rápido al colegio, cruzando por los pasillos ya vacíos. Cuanto entré al aula, exhalé todo el aire que tenía contenido.

El profesor no estaba.

Elena se paro de su silla y se acercó a mi con una expresión de alivio.

—Pensé que no ibas a venir, te llame como cinco veces.— dijo mi amiga feliz por verme.

Pss óiganme, toda confianzuda diciendo mi amiga.

—No encuentro mi celular— le respondí cabreada mientras frotaba mis sienes. Me duele mucho la cabeza.

—Ya lo encontraste— Dijo una voz detrás de mi. Elena y yo dirigimos nuestros ojos hacia la persona que habló.

Es un poco difícil que pueda desconocer esa voz. Ya la tengo grabada en mi memoria aunque no la haya escuchado mucho.

Daren estaba apoyado del marco de la puerta del aula, con mi celular en su mano.

—Deberías ponerte al día con el, tienes como diez llamadas perdidas.— dijo sin interés mientras me lo entrega—.Tuve que ponerlo en silencio porque no dejaba dormir—responde cabreado.

Lo observe y si, tengo exactamente doce llamadas perdidas. Tres de Elena y nueve de Dylan.

¡Dylan!

Me había olvidado completamente de él. 

Le iba a dar las gracias a Daren pero se marchó. Llegó el maestro y ya saben lo que prosigue.  Pasaban las clases y yo solo podía pensar en todo el desmadre que hice anoche.  Aparte de que no he bebido nada para el dolor cabeza. Definitivamente no voy a poner atención a la clase. 

Le envié un mensaje a Dylan para que viniera a buscarme a la salida, antes de que se apagara mi celular por falta de carga. Miro a Elena mirándome con desaprobación, nunca me lo ha dicho, pero sé que le cae mal, no hay que ser muy inteligente para ver su cara cada vez que mira a Dylan o hablo de él.

A veces siento que va a reprocharme cuando hablo de Dylan, pero luego, se arrepiente.

***

Después de varias clases más, sonó el timbre que nos avisa que es recreo. Elena y yo esperamos que todos salgan, cuando el aula se quedó vacía, iba a pararme dispuesta a irme pero Elena se me acercó y me sentó de nuevo.

—Siento mucho haberte dejado sola en una casa que no conocías.— dijo la castaña preocupada. La miré dubitativa. 

—Al menos no me violaron— bromeé, pero el chiste no le hizo ninguna gracia, pues su rostro seguía preocupado—.La pasé muy bien—dije resignada tratando de convencerla.

—No digo yo, Daren llevándote a tu casa como todo un caballero— Dijo bromeando, para luego mirarme con mucho interés —¿Te gusta Daren?—Preguntó muy interesada por lo que veo. Mis ojos se abrieron como dos platos. De repente viene a mi mente una imagen de Daren y yo juntos, besándonos, entre sábanas desnudos. Niego con la cabeza mirando hacia la nada.

¡Definitivamente no!

bueno si, sin pensarlo de un modo tan vulgar.

Elena me mira pensativa. me toma del brazo y me hala hacia la puerta del aula.

—Ya vámonos— 

Llegamos al comedor repleto de estudiantes buscando con la vista alguna mesa vacía, al menos eso era lo que yo estaba haciendo al darme cuenta que Elena me hala nuevamente hacia una mesa donde está su novio y sus amigos, incluyendo al señor odiosin.

Llegamos a la mesa conmigo a rastras. Elena saluda con mucho ánimo y sentándose en las piernas de su novio. Yo solo me limito a quedarme tiesa al lado de ella.

Jayson se encontraba a mi lado izquierdo, y se levantó de su silla para darme su asiento, le dije que no pero insistió, así que no me di más a rogar.

Elena fué a comprar nuestra comida. Noté como todo el que está en la mesa me está mirando, esperando que diga algo o no sé. Me siento incómoda así que agacho la cabeza para jugar con mis manos. Levanto mi cabeza y veo muy cerca de mí a uno de los tipos que estaba en casa de Kennet.

—Deberías salir con nosotros, esta vez a la playa, para seguir viendo...— Dice mirándome descaradamente. —Tu hermosa personalidad. Finaliza el descarado. Lo miro tratando de imaginar que lo que dijo no fue grosero.

—¡Que vá! Yo quiero seguir mirando su culo— dice otro chico que estuvo en la casa de Kennet. Lo miro sorprendida.

Así son los chicos populares, interesante

Todos ríen a carcajadas por el comentario de tipo aquel, menos uno.

Desde que llegué, Daren ha estado concentrado en su celular. Tengo la idea de que está escuchando todo, ya que después del último comentario de (supongo) que es su amigo, desvió la mirada para luego continuar con su labor. Una chica se acerca y le susurra algo, el se disculpa y se retira, miro como se aleja junto con la chica hasta que desaparece de mi vida.

Elena regresa con la comida, y me dispongo a comer.

¿Nunca han tenido esa sensación de sentir curiosidad por alguien, sea chico o chica? No dejas de mirarlo porque crees que es una persona cool, esperas que haga algo mal o se equivoque en algo, pero no lo hace.

Bueno, eso siento ahora mismo por Daren.

-------------------------------------


Simple Y Complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora