Halloween
Otra vez volvíamos a tener a mi hermano en casa. Era Halloween y a él le encantaba celebrar esas cosas, así que había venido a pasar tres días con nosotros.
—¡Te queda genial! Sabía que había hecho una buena elección —Carol me miró por enésima vez y se mordió el labio inferior—. Dime que te gusta.
Puse los ojos en blanco y asentí. Yo no era muy fan de disfrazarme, pero mi hermano había insistido en celebrarlo, así que haríamos una pequeña fiesta en casa de Ethan: mi hermano, Jenny, Carol, Fer, Ethan y yo. Carol había ido el día anterior a una tienda de disfraces y había escogido uno para cada una, yo tenía revisión médica, así que no pude escoger mi disfraz.
—Me gustan —admití.
Eran dos disfraces a juego y nos quedaban realmente bien. Carol iba de ángel con una camiseta de manga ancha blanca, una falda de tul blanco, unas medias de rejilla blancas y unos tacones plateados. Yo iba de demonio con una camiseta ajustada de tirantes roja, una falda de tul del mismo color, unas medias de rejilla y unas plataformas negras. Como accesorios, ella llevaba un halo dorado y unas alas blancas; y yo unos pequeños cuernos y una cola roja, y unas alas negras parecidas a las de un murciélago.
Salimos de mi habitación y nos encontramos a Ethan en el pasillo. Me miró, me dedicó una sonrisa y se acercó a mi oído.
—Estás impresionantemente sexy.
Eso me sacó un sonrojo. Carol me miró de reojo y bajó las escaleras para encontrarse con Fer.
Ethan llevaba un disfraz de doctor cubierto de sangre. Me acerqué y le besé. Él me agarró por la cintura y profundizó el beso. Por como se aferraba a mí, supuse que lo que acababa de decir no era un simple cumplido. Cuando nos separamos para coger aire, aproveché y le susurré con tono provocador:
—Puedo cambiarme si va a ser un problema.
—Prefiero pasarlo mal si así puedo deleitarme toda la noche.
No pude evitar sonreír de forma pícara, me encantaba notar lo mucho que le gustaba.
—Eres un pervertido —le di un codazo mientras nos reíamos a carcajadas.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó mi hermano saliendo de su habitación.
—Carol, que decía que nunca saldría con nadie en serio y mírala —señalé las escaleras—. Va corriendo de aquí para allá por Fer...
Era increíble lo bien que podía llegar a mentir últimamente. Antes nunca hubiera mentido a mi hermano, pero por mantener mi relación con Ethan haría cualquier cosa.
—Por cierto, pensé que sería incómodo para vosotros estar entre dos parejas, así que he invitado a Rebeca, dijo que vendría con un par de amigas más, también invité a un par de amigos de la universidad —se acercó a Ethan y le sonrió—. Rebeca está por ti, ¿lo sabías? Podrías aprovechar esta noche.
¿Es que mi hermano era idiota? Podría haber jurado que me salía humo de las orejas. ¡Estaba demasiado cabreada!
—Diles que no vengan —me calmé un poco al ver la cara de Ethan, saltaba a la vista que no le había hecho gracia—. Es mi casa, ¿por qué invitas a gente sin preguntar?
—No te enfades, así será más divertido —alcé las cejas y le miré incrédula—. ¿Por qué pones esa cara, Nerea? Tu amiga estará con su novio la mayor parte del tiempo, te he hecho un favor.
—Seguro...
Dicho esto me di media vuelta y bajé las escaleras dando grandes zancadas. Mi hermano era un idiota. ¿Qué pintaba Rebeca aquí?
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El amigo de mi hermano
RomanceNerea debe abandonar su hogar e irse a vivir con su hermano a casa de su mejor amigo: Ethan, del que está enamorada desde hace años. El problema es que él es un mujeriego y sabe que lo más probable yéndose a vivir con él es que salga lastimada... To...