Capítulo 45

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Vacaciones en la playa

En cuanto bajamos del avión nos fuimos a recoger las maletas y a buscar nuestro coche de alquiler. El color era aún más bonito que en las fotos. No tardamos ni cinco minutos en cargar las maletas en el coche y poner rumbo al aparthotel. Se iba genial en el descapotable, aunque odiaba tener que ponerme bien el pelo cada cinco minutos.

—Hemos llegado —anunció Ethan.

—¿Ya?

Me sorprendí, pensaba que tardaríamos más de media hora.

Ethan aparcó el coche y todos nos apresuramos a bajar. El recinto era muy grande, y estaba lleno de césped y flores. Sacamos las maletas y fuimos a la recepción, donde nos dieron las llaves de nuestro apartamento. Era enorme, en especial el comedor. Por suerte, resultó ser igual que en las fotos.

Enseguida dejamos el equipaje en las habitaciones, nos pusimos el bañador y salimos a explorar el recinto. Cogí uno de los vestidos playeros para no ir solo en bikini, Carol cogió un pareo largo, y los chicos iban con una camiseta. La piscina era enorme, parecía aún más grande que en las fotos. Había bastante gente, después de todo era temporada alta, pero no llegaba a agobiar. Carol y yo nos pedimos un refresco en el bar de la piscina mientras los chicos se tiraban al agua sin dudarlo ni un momento.

—¿Está muy fría?

Me acerqué al borde de la piscina y me senté en la orilla con las piernas metidas en el agua. Ethan se acercó y me dio un beso en la rodilla.

—Para nada, está genial.

Carol se acercó y se sentó conmigo.

—Tu hermano está como un queso.

—Tía, córtate un poco, estás hablando de mi hermano —dije con asco.

—¿Prefieres que miré a Ethan?

—No, pero tampoco quiero que me digas que mi hermano está como un queso.

A los cinco minutos ya teníamos al típico grupito de chicas babeando por Ethan y por Derek. Como buena novia celosa, dejé el refresco, me metí al agua pese a que no me apetecía mucho, nadé hacia él y le planté un beso de película.

—Eres una celosa —dijo Carol cuando volví con ella.

—Bueno, así me aseguro de que solo van a por Derek.

—Muy bonito —se hizo la indignada—. Muchas gracias, amiga.

—¿En serio quieres algo con mi hermano?

Carol fijó su vista en él.

—Es mono.

Miré a mi amiga con cara de asco y negué con la cabeza.

—No voy a opinar, es mi hermano —Carol soltó una carcajada—. Pero plantéatelo en serio. Lo digo porque puede que él aún sienta algo por Jenny, y vas a tener que lidiar con ello.

—Lo sé.

—Y seguramente, si ella aún siente algo por él y decide que quiere volver, acabarán saliendo juntos.

—Lo sé, ¿puedes dejar de meter el dedo en la llaga? Me lo he fijado como objetivo, va a ser mío.

Me encogí de hombros.

—Si tú lo dices...

Fuimos a tirar el vaso a la papelera, nos quitamos la ropa y nos metimos al agua con los chicos.

Aquella tarde nos lo pasamos genial. Hicimos varias guerras de esas en las que la chica se sube a los hombros del chico y hay que luchar hasta que una de las dos parejas cae al agua. Ethan y yo ganamos casi todas las veces, cosa que provocó alguna que otra discusión entre Carol y Derek, ambos eran demasiado competitivos... También hicimos varias carreras de punta a punta de la piscina. Mejor dicho, hicieron varias carreras, yo me retiré tras perder la segunda vez.

Para merendar cogimos un par de raciones de nuggets del bar de la piscina y un burrito para cada uno. Eso de tenerlo todo incluido es un chollo, pero también es un peligro para la figura. Sobre las siete y media nos fuimos a duchar y a preparar para ir a cenar. Por suerte era un buffet libre. ¡Me encantan! Había pasta, verdura, sopa, carne, pescado, helado, tartas, queso... ¡De todo!

—Deja ya de comer o Ethan se buscará a otra —me soltó Derek de broma al ver que cogía mi tercer postre.

—Que lo intente.

Miré a Ethan y ambos sonreímos.

—Prefiero quedarme contigo —me dio un beso en la mejilla y sonreí aún más.

—Empalagosos...

—Envidiosa.

Le saqué la lengua a Carol y ella puso los ojos en blanco antes de ir a buscar su postre.

Sobre las diez de la noche, al salir de cenar, fuimos a dar una vuelta por el puerto y descubrimos que hacían viajes en barco a una pequeña isla cercana. Decidimos apuntarnos a hacer la excursión mañana por la tarde. Al parecer te dejaban en la isla, donde solo había vegetación, durante unas tres horas. Podías bañarte en las playas naturales o adentrarte en la isla a ver las diferentes especies de reptiles y pájaros. Además, al volver, el barco hacía una parada en medio del mar para que, quien quisiera, pudiera hacer un poco de snorkel.

Volviendo al apartamento pasó algo bastante curioso. Nos paramos a tomar algo en un chiringuito de playa que tenía música y el ambiente estaba bastante animado. Llevábamos una media hora allí y mi hermano a penas había hablado con Carol, pese a los múltiples intentos de ella por sacar tema de conversación, así que al final mi amiga se apartó un poco de la barra y se puso a bailar. No tardó en acercarse un chico bastante alto y con pinta de guiri a bailar con ella, a lo que mi hermano ya puso mala cara. A los pocos minutos, cuando el chico empezaba a bailar más pegado a Carol, mi hermano se levantó y se acercó con intención de echar al pobre guiri.

—Increíble, en serio.

Ethan me miró y sonrió a sabiendas de que lo decía por la actitud de mi hermano.

—Seguro que está confundido, dale tiempo.

—Carol ha intentado hablar con él y sacarle a bailar y ha pasado olímpicamente de ella, y en cuanto alguien se interesa por ella va y hace esto... Es como un crío.

—Aún debe pensar en Jenny.

Alcé las cejas y le miré sorprendida.

—¿Tú sabes algo sobre el tema que yo no sepa?

—Para nada —parecía sincero—. Solo es mi opinión.

—Eso espero...

El amigo de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora