Amor eterno
Mañana tocaba regresar a casa y todos estábamos disfrutando las últimas horas al máximo. Aunque unos más que otros: mi hermano y Carol los últimos días los habían pasado enganchados el uno al otro, casi literalmente, una noche ni siquiera vinieron a dormir...
Me estaba arreglando para salir a cenar con Ethan, había reservado para los dos solos en un restaurante en la orilla del mar. Era un sitio muy romántico, lo vi una noche paseando y le pregunté si podríamos ir, como respuesta no tardó ni dos segundos en reservar para esta noche.
—¿Estás lista?
—Sí.
Me había puesto una falda ibicenca que me llegaba hasta los pies y un top blanco de palabra de honor.
—Estás preciosa, dulzura —se acercó y me besó con mucha ternura.
—¡Me encantas! —le miré de arriba a abajo—. Esas bermudas te quedan muy bien.
Nunca le había visto vestido tan casual: con unas bermudas, una camiseta de manga corta ajustada y unas albarcas. Estaba guapísimo.
Nos cogimos de la mano y caminamos hasta el restaurante entre besos y abrazos. Una vez allí, nos sentaron en una mesa que estaba en medio de la arena de la playa, desde donde se oían las olas romper. La mesa estaba iluminada por la luz de una vela y decorada con varias caracolas de mar.
¡Era tan romántico que parecía sacado de una película!
—¿Tú qué pedirás?
—Creo que el bacalao al horno. ¿Tú?
Miré la carta una vez más y fruncí los labios.
—Creo que probaré el arroz con sepia y moluscos.
Para beber, Ethan insistió en pedir cava, no es que me guste mucho el cava, pero se le veía tan decidido que no dije nada.
No tardaron en traernos la cena, que por cierto estaba buenísima, tanto lo mío como lo de Ethan. De postre pedimos unas trufas de chocolate, para compartir.
—Nerea, ya casi hace un año que salimos juntos.
Sonreí como una tonta al ver que lo recordaba.
—Sí, solo queda un mes —dije emocionada—. Pero antes viene mi cumpleaños, que por cierto es dentro de...
—Dos días —me interrumpió—, lo sé. Toma —sacó una cajita de su bolsillo y me la dio.
—¿Qué es esto?
Estaba nerviosa. ¿En serio era lo que creía?
Ethan tuvo que contener la risa al ver mi impaciencia.
—Ábrelo y lo sabrás.
Abrí la cajita y me encontré con un anillo precioso. Era de oro blanco con un corazón y un pequeño diamante.
—¡Es precioso!
—No te voy a pedir que te cases conmigo, de momento, porque creo que aún es muy pronto —cogió el anillo y me lo puso en el dedo anular—. Pero quiero que lo lleves como si fuera una promesa, la de que algún día nos casaremos.
Le miré a los ojos e intenté no llorar mientras una gran sonrisa adornaba mi rostro. Ethan era adorable.
—No me lo pienso quitar ni un segundo, te lo prometo.
Se acercó y nos besamos con el sonido de las olas de fondo.
Cuando ya nos habíamos dado suficientes mimos, volvió a su sitio para comernos el postre.
De vuelta al aparthotel, mis ojos viajaban entre el anillo y Ethan, que me iba mirando de reojo con una sonrisa en el rostro.
—Es el mejor regalo de cumpleaños que podías hacerme.
—Pues aún hay más en casa. Y verás la fiesta que vamos a montar...
Eso me hizo fruncir el ceño.
—¿Otra fiesta?
—Solo estaremos nosotros, tu hermano, Carol, y si quieres Jenny y su novio.
—Me lo pensaré —dije con una sonrisa.
—Alguna fiesta nos tendrá que salir bien, ¿no?
Me encogí de hombros y me aferré al brazo de Ethan.
—Tu hermano acaba de enviarme un mensaje, se va de fiesta con Carol. ¿Quieres que vayamos?
—Prefiero quedarme en el apartamento a solas —dije con picardía.
—Eres una mala influencia para mí.
Lo dijo de broma, pero le saqué la lengua de todas formas. Él se acercó, me abrazó y me dio un beso en la frente.
—¡Qué suerte la mía de poder tenerte!
—Pues sí, porque si no me hubieras hecho caso, igual hubiera dejado de insistir.
—¿Podrías haber resistido mis encantos viviendo juntos?
—No, pero hubiera fingido que sí —alcé la cabeza orgullosa intentando que se creyera esa afirmación tan falsa.
Sonrió y tiró de mi brazo hasta que quedé frente a él.
—Yo no hubiera podido resistir mucho más, eres preciosa.
Lo dijo tan sinceramente, y me lo esperaba tan poco, que me sonrojé a más no poder.
—Idiota...
—Te amo —susurró rozando mis labios.
Acorté la distancia para poder besarlo.
—Yo más.
Hola lectores/as quiero avisar que el siguiente capítulo será el último. Donde se decidirá que pasa con Jenny - Derek - Carol. Y veremos qué pasa finalmente con Ehtan y Nerea, entre otros personajes. Gracias por leer esta historia y dejar comentarios, ayuda muchísimo saber vuestra opinión!
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El amigo de mi hermano
RomanceNerea debe abandonar su hogar e irse a vivir con su hermano a casa de su mejor amigo: Ethan, del que está enamorada desde hace años. El problema es que él es un mujeriego y sabe que lo más probable yéndose a vivir con él es que salga lastimada... To...