Capítulo 53: Rapto

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Narrador Omnisciente

Camina silenciosamente por la habitación, sin prisa alguna hasta llegar al baño donde   la chica ya hacía desnuda dentro de la tina tarareando una canción.

Su cabello recogido en un moño dejando  a la vista la delicada piel de su cuello era la invitación que el necesitaba para cruzar la puerta.

Ella se encontraba tan absorta en la música de los auriculares que no lo escucho entrar hasta estar lo suficientemente cerca para acariciar su hombro.

Con un respingo del susto le dirigió una mirada reprochadora.

— Klaus, no viste que estaba tomando un baño — se quejo quitando los aparatos de sus orejas.

— Podrías a ver puesto seguro amor, al no hacerlo me supuse era una invitación de tú parte — sonríe de manera coqueta.

— ¿A sí? — cuestionó recibiendo un asentimiento de confirmación — Si es así, ¿quien ha dicho la invitación era para ti? — bromeó.

— ¿Para quién más sería si no es para mí? — chasquio la lengua molesto.

— Mmmm... No sé, Elijah tal vez — río al ver la cara molesta y la mirada fría de él — Ya que solo bromeaba, no era una invitación para nadie; ni para ti. Así que salte — concluyó.

— Oh no, no, no, no te la dejaré pasar tan fácil — se inclinó en el fregadero para poder observarla más cómodo.

— No me mires así, esto no es gracioso — dijo sonrojada bajo su intensa mirada azúl.

— No hay nada que tengas que no haya visto y acariciado antes — dijo con gracia al verla nerviosa y con sus mejillas de un color hermoso.

Y vaya que él amaba ese tono en sus mejillas provocadas por él.

— Bueno, si tanto quieres ver; hazlo. Pero no tocarás — lo reto entrecerrando los ojos.

— Eso me sonó a desafío, amor — elevó una de sus cejas dispuesto a tomarlo.

— No, es una advertencia — sonrió con maldad mientras intentaba mojarlo lanzándole un poco de agua — Si intentas acercarte más, te mojare — le aseguró.

El híbrido original se quedó observándo atentamente los movimientos que ella hacía solo para provocarlo.

Es que acaso ella no sabía que justo ahora parecía caperucita roja y él era el lobo que quería comerla.

No, claro que no lo sabía. Pero él estaba dispuesto hacerle entender que con el lobo no se juega.

Justo cuando ella se puso de pie totalmente desnuda y solo con espuma en su cuerpo él se acercó lo suficientemente rápido para sacarla de la tina y estrujar su cuerpo húmedo y desnudo a él.

— Oh amor, no intentes jugar un nivel más alto que yo. Porque yo siempre iré más haya de eso — le susurró en el oído al sentir como todo su cuerpo temblaba y ella no había hecho nada.

Solo escuchaba como su corazón se había acelerado y ahora corría.

Pero el momento fue interrumpido por el sonido de su celular.

— Espera que debo contestar — dijo antes de salir de sus brazos y a velocidad vampírica envolverse en una toalla — Oh, Stefan... ¿Paso algo? — pregunto curiosa, generalmente le llamaban cuando algo pasaba.

Pero tomando en cuenta que Klaus estaba detrás de ella clavando sus ojos en su espalda sabía que no era por algo que él haya hecho.

Claro, al menos que lo haya hecho mientras ella dormía, algo que no sería imposible ante sus pensamientos. Después de todo él era Klaus Mikaelson.

Sombra Petrova (Damon, Stefan, Klaus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora