Curiosidad

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Estábamos en la preparatoria, jóvenes aún, adolescentes yendo por la vida; Nami tenía 16 y yo tenía 18; desde que íbamos en la secundaria siempre habíamos estado juntas, nos habíamos hecho las mejores amigas, sin importar que fuera algo mayor que ...

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Estábamos en la preparatoria, jóvenes aún, adolescentes yendo por la vida; Nami tenía 16 y yo tenía 18; desde que íbamos en la secundaria siempre habíamos estado juntas, nos habíamos hecho las mejores amigas, sin importar que fuera algo mayor que ella casi nunca nos separábamos.

Recuerdo que apenas acababa de mudarme a la ciudad y no tenía amigos, mi familia y yo viajábamos bastante debido al trabajo de mis padres, hasta que mi padre murió y mi madre y yo nos quedamos solas.

Aún así, mi madre continuaba con su trabajo y viajábamos a diferentes partes del mundo, pero un día llegó a casa con la noticia de que un buen amigo suyo, Jaguar D. Saul, le apoyó en su trabajo para que pudiese entrar a trabajar de planta en alguna ciudad cerca de mi lugar de origen; así fue como llegamos aquí, la oportunidad se había presentado y mi madre Olvia y yo emprendimos vuelo hacia esta hermosa ciudad.

No fue muy difícil para mí dejar atrás mi vida nómada para darle paso a una sedentaria, aunque estuviese acostumbrada a viajar y vivir solo por algunos meses en un solo lugar conociendo la maravillosa historia detrás de cada sitio, sabía que esta vez conocería algo más que la historia...esta vez sabía que sería diferente, pues permaneceríamos aquí por mucho tiempo y a decir verdad desde ese entonces ya han pasado varios años.

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Nami fue mi primer amiga que tuve, nos conocimos apenas recién llegaba a vivir aquí, recuerdo que fue muy amable conmigo y me invitó a salir, con algo de duda acepté y no me arrepiento de ello pues desde ese instante y a pesar de ir a la misma escuela en grados diferentes nos volvimos inseparables; compartíamos muchas veces hasta la ropa, en ocasiones ella se iba a dormir a mi casa o yo a la suya; nuestra amistad era tan grande que hasta comíamos del mismo plato, éramos muy unidas en todo aunque fuésemos distintas en carácter y físicamente.

Ella era de piel clara, pelo naranja, ojos castaños, no muy alta de estatura, era muy explosiva, alegre y muy inteligente; en cambio yo era de tez un poco morena, pelo negro, ojos azules y un poco más alta que ella, muy tranquila, seria, reservada y muy inteligente también.

Realmente no nos parecíamos en mucho, pero aun así había quienes se preguntaban si éramos hermanas.

Ella y yo íbamos por la vida sin compromisos o preocupaciones, tratábamos de disfrutarla al máximo con vivencias emocionantes y personajes dueños de nuestros corazones, éramos tan diferentes que eso nos unía aún más, podía a veces sentirme triste y al mismo tiempo feliz, pero ella simplemente era feliz.

No importaba qué pasara, siempre se le veía muy contenta o de buen humor, claro también solía ser explosiva en ocasiones; en realidad no sé cómo lo hacía, pero siempre sabía cómo animarme cuando yo estaba triste o algo preocupada.

Era como la hermana menor que siempre quise tener pero que mis padres por azares del destino no habían podido darme.

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Mugiwara Boys (LuNa/ZoRo) UA COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora