Robin y Nami se encuentran en las calles de Nueva York cuando una fuerte lluvia hace que se refugien bajo el techo de una casa, un extraño sonido llega a sus oídos y deciden averiguar de dónde proviene y quiénes son los causantes de ello. Es así com...
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Durante las clases fuimos interrumpidos por un chico que sería nuestro nuevo compañero de clase, algo extraño a estas alturas del ciclo escolar; era un joven muy apuesto llevaba unos pantalones cortos, un chaleco de color naranja, usaba un collar rojo y un sombrero color naranja muy peculiar; su pelo era color negro, lo tenía un poco largo y en su rostro se podían ver unas cuantas pecas. La ventaja de ir a una escuela en la que no tenías que llevar uniforme, aunque lo cierto es que hubiese preferido llevar uno y no tener que complicarme cada día por saber qué ponerme.
-¿Eres nuevo?- preguntó el asesor.
-Sí, así es.
-Bueno, ¿Cuál es tu nombre?
-Soy Portgas D. Ace.
-Bien Ace, puedes tomar asiento que la clase ya ha comenzado.
-Sí, gracias profesor.
El chico buscó un asiento libre mientras recorría el salón con su mirada.
Parecía que todos mis compañeros estaban atentos a cada uno de sus movimientos, pues claro era "el chico nuevo".
El joven finalmente se sentó detrás de mí, no le dirigí la palabra, pues no quería parecer como que estaba interesada en él y mucho menos tener alguna queja del profesor, así que como si no hubiesen interrumpido la clase continué poniendo atención. Las dos horas pasaron demasiado rápido que no me di cuenta hasta que sonó el timbre anunciando la hora del almuerzo.
Nami permanecía sentada en una de las mesas de la cafetería donde por lo regular nos sentábamos siempre ya con nuestro almuerzo listo; yo caminaba directamente hacia ella con un libro entre mis manos mientras le sonreía alegremente.
La saludé y dejando a un lado el libro comenzamos a desayunar, le conté que había entrado un chico nuevo a mi clase: fatal error, pues esto sirvió para que llovieran miles de preguntas respecto a él. Nota mental: no volver a cometer el mismo error.
- ¿Cómo es?, ¿es guapo?, ¿lindo?, ¿atractivo? ¡Agh, deja de fingir que bebes de tu café y respóndeme!
Bien, no funcionó mi estrategia, quizá debería buscar otra... en otra ocasión.
-La verdad si es muy apuesto, pero no creo que te interese saber eso, ¿o sí?
Conocía lo suficientemente bien a Nami como para saber que, en realidad lo que pretendía era saber si el chico había llamado mi atención.
- Oh, vamos, solo me preocupo por ti, a estas alturas, sin un novio, no es que crea que eres lesbiana ni nada, eso lo sabes muy bien, pero, es raro. Me gustaría verte algún día enamorada.
No pude evitar reírme y con ganas. ¿De dónde le salió lo ensoñadora?
- ¿Has estado leyendo y no me he enterado? Sabes bien que me gustan los chicos, pero ahora mismo no tengo tiempo como para pensar en ellos.
