Robin y Nami se encuentran en las calles de Nueva York cuando una fuerte lluvia hace que se refugien bajo el techo de una casa, un extraño sonido llega a sus oídos y deciden averiguar de dónde proviene y quiénes son los causantes de ello. Es así com...
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Los últimos días restantes para la boda llegaron a su fin, transcurrieron tranquilamente sin novedad alguna, las chicas a excepción de Hancock nos pusimos de acuerdo para ir de compras a algunos centros comerciales de la ciudad en busca de algún vestido lindo qué lucir el día de la boda.
Fue todo un show convencer a Nami de ir, más que por comprar deseaba que ella saliera y se distrajera un poco haciendo algo de lo que siempre había disfrutado.
El día se nos hizo corto comprando lo que se supone usaríamos en la boda de Law, Nami sin mucho ánimo había escogido un bonito vestido color rojo que en lo personal le quedaba muy bien, cada una habíamos escogido un hermoso vestido para lucir esa noche, entre todas opinábamos lo que nos parecía y cuál nos quedaría mejor; una vez terminamos las compras decidimos pasar a una cafetería a tomar algo mientras platicábamos cosas de mujeres.
Más tarde nos despedimos de Vivi, Kaya y Bonney, mientras que Nami y yo marchábamos rumbo a su casa, durante el camino comencé a preguntarle el por qué de su desgana si el ir de compras era algo de lo que más disfrutaba en su vida.
-No tengo ánimos de ir.
-¿Ir a dónde?- pregunté como si no supiera a lo que se refería.
-A la boda.
-Nami, creo que deberías ir.
-No, Robin entiende que no quiero, tú no sabes lo que he sentido cuando lo veo, cuando siento el roce de sus manos al saludarme, cuando a veces me mira... simplemente no puedo.
-Claro, te comprendo Nami, pero no creo que sea justo para Law, él no tiene la culpa de nada y no creo que te deba importar lo que vayas a ver porque así lo has querido.
Nami se quedó en silencio sin decir palabra alguna... lo sé me pasé al decirle eso, pero me parecía que la decisión que había tomado de ver a Luffy solo como un amigo había sido la incorrecta y ella mejor que nadie sabía perfectamente lo que el paquete significaba, tal vez si me hubiese escuchado y hecho lo que le propuse quizá todo fuera diferente...
-Déjame sola- me dijo.
Me sentí muy mal por todo esto, ahora mi mejor amiga se había molestado conmigo.
-No te dejaré hasta que lleguemos a tu casa.
-Entonces deja de abordar el mismo tema, ¿quieres?.
Le hice caso y continuamos nuestro camino en completo silencio, ya cerca de su casa se detuvo, me miró a los ojos y me dijo:
-Lo siento Robin, es solo que toda esta situación se me complica, sé que tienes razón en decir que todo es mi culpa...
-No Nami, sabes que no es así.
-Está bien pero no importa ahora es tarde para dar vuelta atrás.
-Nunca es tarde para eso Nami, como bien dice Sanji -kun "Nunca es tarde para el amor".
