Robin y Nami se encuentran en las calles de Nueva York cuando una fuerte lluvia hace que se refugien bajo el techo de una casa, un extraño sonido llega a sus oídos y deciden averiguar de dónde proviene y quiénes son los causantes de ello. Es así com...
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El mismo día en que se irían a Canadá Luffy fue a visitar a Nami a su casa.
Era muy temprano cuando escucharon sonar el timbre de su casa; Bellemere estaba en la cocina preparando el desayuno de esa mañana así que Nami fue quien atendió a la puerta.
-Luffy... -dijo en un susurro apenas audible para ambos.
Ciertamente no se esperaba verlo ahí parado y mucho menos a esa hora de la mañana, pues Luffy no era de los que acostumbran levantarse temprano; no estaba preparada para enfrentarlo en este momento pues pensó que quizá lo vería hasta en la tarde que fueran al aeropuerto a despedirse de ellos.
-¿Qué quieres?- La pregunta la hizo en forma despectiva, como si le molestase que él estuviera ahí presente.
-Nami, yo... todo es un error.
-No sé de qué hablas, las cuentas las he revisado dos veces y todo parece estar en orden...
-No, no me refiero a eso- le decía él mientras se alborotaba el cabello.
-Entonces, ¿a qué te refieres Luffy?
-Es... sobre Hancock.
Nami sintió una pequeña punzada en el pecho al escuchar ese nombre.
-Ah lo siento Luffy, pero no me interesa saber nada y mucho menos de ella, puedes hacer de tu vida lo que quieras y mejor vete porque no quiero hablar contigo y además estoy ocupada.
-Pero déjame explicarte Nami.
-No quiero que me expliques nada, ahora vete que seguramente Hancock debe estar esperándote.
-Nami escucha, sabes que yo te...
-Basta, no quiero escucharte.
-Nami por favor.
Nami no podía soportarlo más, el dolor le estaba quemando por dentro como fuego que ardía al rojo vivo, pero no lloraría, no frente a él...lo mejor que pudo hacer fue cerrarle la puerta en la cara y subirse corriendo a su habitación.
Luffy sabía que la había lastimado, pudo verlo en sus ojos reflejado y en el tono de su voz, no volvió a intentarlo y se marchó de ahí; regresó a su casa caminando a pesar de la notable distancia entre ambas direcciones; mientras tanto, por su cabeza rondaban muchas cosas entre ellas la situación con Nami y el concierto que tendrían mañana por la noche.
Realmente Luffy quería decirle que a quien quería era a ella, pero Nami no le había dado la oportunidad de escucharlo y por el contrario le hizo creer que él no le importaba y que podía hacer con su vida lo que quisiera...quizá se había apresurado al pensar que Nami podría sentir lo mismo que él... ¿se había equivocado? Lo sabrían a su tiempo.
Mientras tanto Nami yacía acostada en su cama, estaba llorando y pensaba que quizá hubiera sido mejor escuchar a Luffy, tal vez había sido demasiado dura con él y se había pasado al no dejarlo hablar... pero tenía miedo.
