Declaración

544 41 14
                                    

Zoro y yo íbamos caminando por las calles en dirección a mi casa, permanecíamos en silencio y me recordó a la vez en que ambos caminábamos igualmente hacía unos años atrás cuando fuimos a visitar a Nami porque se había ausentado a los ensayos, aun...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Zoro y yo íbamos caminando por las calles en dirección a mi casa, permanecíamos en silencio y me recordó a la vez en que ambos caminábamos igualmente hacía unos años atrás cuando fuimos a visitar a Nami porque se había ausentado a los ensayos, aunque con la diferencia de que ahora comenzaba a llover y esta vez nos dirigíamos hacia mi casa.

Ninguno de los dos traía paraguas para cubrirnos y además ninguno tenía la intención de abordar un taxi cuando una conversación tan importante estaba de por medio; él se había quitado su chaqueta y había intentado cubrirnos con ella al menos hasta que llegáramos a un lugar donde no nos mojáramos, aunque seguramente el no tenía ningún problema en mojarse.

En seguida nos encontramos debajo de un pequeño kiosco que formaba parte de un parque, en realidad era una pequeña plaza donde había diferentes tipos de asientos con formas bastante peculiares e interesantes.

Al estar atajándonos del agua respirábamos un poco agitados pues el hecho de correr nos había fatigado un poco, cerré los ojos para estabilizarme mientras me preguntaba si debería preguntarle por su extraña forma de actuar antes o si debería esperar a que el comenzase con algún tipo de conversación, algo me decía que fuera paciente pues no por nada él se había ofrecido a acompañarme, seguramente igual que yo necesitaba hablar urgentemente.

Los truenos se hicieron escuchar mientras la lluvia tomaba más fuerza, no podía evitar sobresaltarme ante ellos, siempre me habían dado mucho miedo, pero nunca se lo había dicho a nadie a parte de Nami, y estaba bien con ello. Me sentía un tanto patética por temer algo así.

De pronto sentí cómo apartaba de mi cara mi cabello mojado y lo pasaba por detrás de mis orejas, no pude evitar abrir mis ojos por la sorpresa y mirarlo avergonzada, menos mal que aun tenía su chamarra que apretaba fuertemente cada que un trueno se hacía presente.

-Deberíamos esperar a que pase el agua, al fin aún falta un poco para que anochezca por completo- me dijo mientras se separaba de mí y se daba la vuelta.

-Creo que tienes razón- le contesté mientras comenzaba a temblar de frío

Él se sentó en el suelo, me miró con una ceja ligeramente alzada y dibujando una media sonrisa.

-Piensas quedarte ahí parada o vendrás a sentarte aquí a mi lado.

Solo sonreí ligeramente con mis brazos cruzados y me acerqué hacia él hasta sentarme justamente a su lado sin decir palabra alguna.

Pasó su brazo por detrás de mí y me acercó a él, aunque me sorprendió su actitud no alcanzaba a comprender qué estaba sucediendo exactamente, pero eso no evitó que me recargara sobre él y disfrutara de ese momento. Me sentía segura ahora... truenos, déjense caer.

-¿Tienes frío?- me preguntó en seguida.

-Con tus brazos rodeándome... ni un poco, pero... en realidad me gustaría saber qué está pasando, no estoy entendiendo qué sucede.

Mugiwara Boys (LuNa/ZoRo) UA COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora