Wen desde su ventana mira hacia la cabaña de Joan y se alegra de la felicidad que ese hombre le ha dado con su presencia. Luego acaricia a su fiel amigo peludo junto a su cama y se acuesta.
* * *
El día siguiente, al despertar, voy a donde Wen dejando a un Don agotado y dormido en la cama.
Golpeo la puerta.
- ¿Estás despierta?, ¿Wen?
-Sí, ya lo estoy – me responde con voz somnolienta.
Entro y la veo aún en la cama.
-Tengo que hablar contigo.
-¿No puede esperar para luego?
-No, tiene que ser ahora - le digo zarandeándola al ver que se duerme de nuevo.
-Bien, vale... soy toda oídos - y bosteza.
-Me voy a la ciudad.
Restriega sus ojos y me presta su atención.
-Pero, ¿por qué?
-Es que Don...
-Mmmm, comprendo. - me interrumpe sentándose apoyada en el espaldar de su cama.
-Y ¿cuándo te marchas?
-Hoy mismo, dentro de unas horas.
-Oh... vaya - se sorprende. -¿Cuándo volverás?
-Es por poco tiempo. Don se marchará el lunes
-Bien, diré a Tobir que os acompañe.
-Oh no, no es necesario, conozco el camino muy bien, creo que podré arreglármelas.
-Pues entonces deja al menos que Tobir le eche un vistazo al coche, ya sabes cómo se las trae.
-De acuerdo. Gracias - y voy apurada hasta la puerta.
Gracias a ti Joan -Wen responde cuando ya Joan no la escucha, con un brillo en sus ojos y aceptación en su cara.
-Por cierto. - entra Joan de nuevo inesperada.
-¿Sí?
Joan se acerca y la abraza, el gesto sobresalta a Wen, que se queda parada.
-Nos veremos dentro de unos días. Cuídate. - y sale deprisa de la habitación.
Wen aún parada y perpleja, le sonríe a la puerta por la que salió Joan momentos antes.
-Cuídate tu también - susurra ladeando su cabeza levemente de un lado a otro.
-¡Don, Don, despierta tenemos que irnos!
-¿Mm...?
-Arriba, vamos.
-Bien, ya voy.
Para cuando está despierto y vestido yo tengo todo preparado en el coche. Tomo de sobre la mesa mis trabajos y cierro la puerta.
Una vez fuera me despido de Tobir con un beso y un fuerte abrazo a Milcoh, que no parece muy conforme.
-Volveré pronto - le digo
Busco a Wen alrededor y la encuentro en la entrada a su cabaña junto a su perro, que de repente corre hasta mí y se roza con mis piernas.
-Vaya, esto es nuevo - le digo al animal y me atrevo a acariciarle.
Wen desde lejos levanta algo su mano y yo hago igual, me sonríe y entro en el coche.
* * *
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Destino
RomanceNO ES DE MI AUTORIA Hace muchos años llego esta historia a mis manos, no tiene el nombre de la autora, pero considero que es una historia digna de compartir. Tiene un relato intimo y lento de las historias viejas Una periodista de Filadelfia (Joan...