Durante las horas que llevaban de camino, Wen no podía evitar que su rostro expresara la sorpresa sobre la noticia que Joan le había dado acerca de su vuelta a Filadelfia. Joan apenas había hablado sobre ello. Supuso que no estaba entusiasmada por la idea, sin embargo no era eso precisamente lo que rondaba por la cabeza de aquella mujer.
A través de su ventanilla, miraba como las bandadas de aves emprendían su vuelo a través de los siempre despejados cielos de la India o como algún campesino controlaba el pastoreo de su ganado de vacas en los verdes campos de la llanura que atravesaban.
-Es una gran noticia.-terminó por decir Wen, rompiendo el silencio.
-¿Cómo? -la miró Joan apartando su mirada de aquel campesino hacia ella.
-Sí,... lo de la nueva edición de tu libro.- continuó Wen apartando su mirada del camino y respondiendo con la suya a su mirada.
Por un instante ambas sostuvieron sus miradas.
-¡Oh... sí, es verdad! -se volvió Joan de nuevo hacia el paisaje que pasaba ligero por el hueco de la ventanilla.
Wen la miró, notando que no ponía mucho interés en el tema.
-¿Acaso no te alegra?
-Claro que sí -respondió- estaría loca si no fuera así. -mirándola de nuevo con una pequeña sonrisa.
-Entonces ¿a qué viene esa actitud?
-¿De qué estás hablando?- respondió con gesto de extrañeza a su observación.
-Apenas has hablado en todo el camino.
-¡Ah... eso!, es que no me apetecía mucho ese viaje -no mintió, pero no dijo toda la verdad.
-Sí, la verdad es que ha surgido en un momento difícil.
-Así es, en medio de los resultados de las pruebas y...
-No,... me refiero a después de estos agitados meses.- Wen se giró a mirarla con una expresión saturada en recuerdo de la dureza de lo vivido.
Joan se quedó ahí, contagiándose de aquella mirada, y adquiriendo también sus ojos la misma expresión. Luego encogió imperceptiblemente sus labios, sin que su gesto llegase a ser una sonrisa.
-Sí, también por eso.- contestó mirándose en aquellos maravillosos ojos azules y luego cortando la mirada, girando su cabeza hacia delante.
Wen hizo lo mismo, devolviendo su vista hacia el camino y manteniendo aún la expresión en su cara.
Durante todo el camino, Joan no podía afrontar el mirar aquellos ojos, sin recordar aquella imagen en que ella se besaba con Robert. Wen no sabría de ello jamás, pero se había propuesto interiormente no olvidarlo. Era la única salida para afrontar la situación. Ella podía amar a quien quisiera, tal y como una vez le había advertido ella misma. Sin embargo, a pesar de las palabras que le había dicho en aquel momento, nunca dejó de creer en los lazos que cada vez más estrechamente la iba uniendo a ella. No pudiendo hacer nada más a favor o en contra, tan solo ser consciente de ello.
-Has impresionado a Rajik.-dijo Wen de repente ya muy cerca de la última recta antes de la pendiente hacia la aldea.
-¡Qué dices!- la miró frunciendo el ceño
-¡Vamos!, no me digas que no has notado nada. Se supone que eres periodista y...
-¡Vale, sí!.. Lo he notado, pero...-asintió con fastidio ante su provocador comentario y callando antes de terminar su frase.
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Destino
RomansaNO ES DE MI AUTORIA Hace muchos años llego esta historia a mis manos, no tiene el nombre de la autora, pero considero que es una historia digna de compartir. Tiene un relato intimo y lento de las historias viejas Una periodista de Filadelfia (Joan...