13: La Torre de Kazlunn

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Eva iba pegada a su hermano, sin apartar la vista del chico que caminaba frente a ella...Ylai. El chico se volvía de vez en cuando a mirarla, la observaba con disimulo hasta que la mirada de Eva chocaba contra la suya y se volvía rápidamente, sonrojado, extrañando a Eva. ¿A qué venía tanta mirada?
- «Tanto sol afecta a la mente » - pensó Eva, seria.
Volvió la mirada atrás para mirar a sus padres. Estaba claro que allí en Idhún, nadie era normal. Los tres caminaban agarrados de la mano, mostrando una clara sonrisa. Agarró con fuerza la mano de Erik y siguieron andando, sin añadir palabra, mientras las olas chocaban contra las rocas a sus pies.
Christian estaba muy nervioso, pero enmascaraba ese sentimiento tras sus profundos ojos azules. Había estado hablando con Shail. Los sheks habían vuelto a Idhún de la mano de Assher, antiguo aprendiz de Gerde... nuevo Séptimo. Jack y Victoria eran también conscientes de esto, pero ninguno de los dos quiso darles muchas más vueltas. Habían vuelto y ya no había marcha atrás.

Kimara abrió el enorme portón de entrada a la torre, dejándolos pasar. Se quedaron parados en la entrada principal de la torre, esperando algo, cuando notaron como una enorme masa de gente se aglomeraba en torno a ellos. Casi todos eran aprendices o magos ya formados que estudiaban y vivían en la torre.
Se oyeron gritos de alegría a favor de la Triada, pero también muchos comentarios en contra de Christian y, como no, de su hija. Había quienes la tachaban como la heredera de Ashran, el Nigromante, y servidora del Séptimo, responsable de haber traído de vuelta a los sheks a Idhún.
La chica notó como todas las miradas se posaban en ella y no dudó en esconderse detrás de Erik, él cuál lanzaba una mirada impregnada de furia a todo aquel que la insultaba u osaba acercarse a su hermana.
- Es ella... - oyó Eva a lo lejos.
- ¿La nieta de Ashran? - preguntó otra voz con una repulsión palpable.
- Sí - afirmó otro - Dicen que es quien ha traído de vuelta a los sheks...
- Será desgraciada - la insultó otra voz, más ronca y autoritaria - No quedará nada de ella como se le ocurra intentar algo contra nosotros...
- Maldita bruja...
- Serpiente malnacida...
Eva comenzó a respirar agitada. Aquellas voces retumbaron en su mente a mazazos, resquebrajando su corazón, cortando su respiración. Sintió un leve mareo, y quiso llorar con todas sus fuerzas, gritarles que ella no había hecho nada, que no tenía nada que ver con los otros sheks... Pero, ¿quién la iba a escuchar?
- «Siempre seré una shek...la hija de Kirtash, nieta de Ashran el Nigromante...».
Ahogó un sollozo y dejó que dos lágrimas brotaran de sus ojos cristalinos.
Rápidamente, Victoria soltó las manos de Christian y Jack para abrirse paso entre la multitud y colocarse delante de sus hijos, con el báculo de Ayshel en la mano.
- ¡BASTA! - gritó la chica enfadada. Su voz autoritaria retumbó en las paredes con energía, ahogando los murmullos ajenos. - ¡Si alguien de los aquí presentes conoce lo suficientemente bien a mi hija como para dudar de ella, que hable!
El silencio se apoderó de la sala, pues nadie se atrevió a contradecir las palabras de Lunnaris. Christian no dudó en coger a Eva de la mano para llevársela lejos de allí, pues había notado como la chica estaba al borde del colapso. Erik, Jack y Victoria los siguieron hasta llegar a la octava planta de la torre. Se metieron dentro de una de las habitaciones, con la esperanza de que allí pudieran estar en paz.
Eva seguía pegada a sus padres. No le había hecho ninguna gracia la escena que había vivido allí abajo y, temía que si salía de aquella habitación, se repitiera. Victoria no dejaba de mirar a su hija, la cual respiraba con dificultad y había dejado la mirada pérdida. Erik se acercó a ella y la abrazó, haciendo que Eva se tranquilizara.
- Quedaos aquí... - dijo Victoria con una sonrisa, intentando tranquilizar a sus hijos - Nosotros tenemos asuntos que resolver abajo, pero volveremos enseguida...
Ambos chicos asintieron, aparentando estar más tranquilos. Victoria se acercó a ellos y los abrazó con fuerza.
- No voy a dejar que os pase nada... - susurró con pena en sus oídos - Os lo prometo...
Cuando se separaron, Christian le dió un beso en la mejilla a su hija a la vez que le dirigía una mirada seria a Erik.
- Cuida de tu hermana - dijo fríamente el shek - No dejes que nadie se acerque a ella.
Erik asintió levemente mientras rodeaba a su hermana con el brazo. Jack también besó a Eva en la frente, intentando tranquilizar a la niña. Para él siempre había sido su hija, su pequeña... Y ver como la insultaban y la acusaban solo por ser quien era lo enfurecía.
La Tríada abandonó la habitación, dejando solos a Erik y Eva. La chica se dejó caer sobre la cama, mientras escondía la cabeza entre las mantas, para que su hermano no la viese llorar. Erik se tumbó junto a ella e intentó consolarla.
- Ya está, pequeña... No llores. Ya ha pasado, nadie va a-
- ¿¡Nadie va a qué, Erik!? - estalló Eva, aún con lágrimas en los ojos - ¿A amenazarme... a insultarme... a acusarme de cualquiera de sus problemas? ¡Pues lamento decirte que todo eso ya ha pasado! - gritó con rabia la chica. Volvió a esconder la cabeza entre las mantas - Soy un monstruo... Una serpiente malnacida...  - añadió, repitiendo los murmullos que aún resonaban en su mente. - Tal vez estaría mejor muerta...
Erik la agarró con fuerza de los brazos y la obligó a mirarlo a los ojos, sobresaltando a la chica.
- ¡NO VUELVAS A DECIR ESO, ME OYES! - exclamó, con la voz ronca de rabia, y abrazó con cierta brusquedad y ternura a su hermana - No lo vuelvas a decir nunca... - Eva notó que su hermano hablaba con la voz entrecortada. ¿Tanto le importaba lo que había dicho? - Lo que pasa es que no ven más allá del odio. Tú eres maravillosa... Eres una... no... - hizo una pausa para estrecharla más contra él - Eres mi viborilla maravillosa - añadió Erik, haciendo reír a su hermana - Anda, si te ríes y todo... - se burló el chico.
Eva lo empujó en el hombro con suavidad, a lo que el chico respondió con un inesperado ataque de besos descontrolados. Eva intentó zafarse de su hermano, pero le resultó imposible, pues no hacían más que reír y Erik era más fuerte que ella.
En ese momento alguien llamó a la puerta. Erik, confuso, se acercó a abrir la puerta, dejando a su hermana sentada en la cama. Cuan mayor fue su sorpresa al descubrir quienes estaban allí parados.
- Hola...- dijo tímidamente Yinsei con una sonrisa - ¿Cómo está Eva?
- Está bien, gracias - sonrió Erik - Pasad, está allí sentada... - señaló el chico.
En ese momento Yinsei, Uk-Sun, Ylai y Naoi entraron corriendo en la habitación y se sentaron en la cama, alrededor de Eva. Erik los siguió y no pudo evitar reír al ver la cara desconcertada de su hermana.
- Cariño, ¿estás bien? - preguntó Uk-Sun con dulzura, acariciándole la mejilla.
- Sí, gracias... Gracias por preocuparos - respondió Eva algo tímida.
- Para eso estamos, ¿verdad? - le preguntó Yinsei a su hermano y a Naoi.
Ambos chicos asintieron con una sonrisa. Ylai se acercó más a Eva y la abrazó con ternura.
- Tranquila, estamos aquí para ayudarte.
Eva miraba a su hermano con extrañez. Sus mejillas empezaron a volverse de un tono rojizo y Erik no pudo evitar reír para sus adentros.
- «Qué raro...» - pensó.
Aquel chico le transmitía unos extraños sentimientos. Familiaridad, tal vez... ¿Cariño? No, era mucho más intenso. Eva movió la cabeza, desconcertada, cuando él añadió:
- ¿Estás mejor? - preguntó Ylai con una tranquilizadora sonrisa después de abrazarla.
Eva asintió, todavía colorada por el abrazo del chico.
- ¿Qué te parece si salimos todos a dar una vuelta? Eso te despejará un poco... - preguntó Naoi con una sonrisa en los labios.
Erik miró a Eva con desaprobación y la chica supo que sus padres no los dejarían irse de allí hasta pasados unos días.
- Lo siento, pero... Necesito descansar - replicó Eva con cierta frialdad.
- Bueno, si necesitas algo estaremos por aquí - dijo Uk-Sun y abrazó a Eva. Esta vez la chica le devolvió el abrazo e hizo lo mismo con los demás chicos. - Nos vemos...
Erik y Eva volvieron a quedarse los dos solos, en aquella inhóspita habitación de muebles blancos, techos altos, paredes vacías y vistas al mar. Erik se acercó a su hermana, la cogió en brazos y se tumbó junto a ella en la cama. Empezó a jugar con su pelo, hasta conseguir que se quedara dormida. La rodeó con los brazos, como si intentase protegerla. El chico suspiró, aliviado de que su hermana fuese cogiendo confianza con aquellos chicos. Al contrario que él, Eva nunca había entablado amistad con nadie y que aquellos chicos trataran de cuidar de su hermana y hacerse sus amigos lo animaba bastante. Depositó un beso en el pelo de Eva y dejó que el sueño se apoderase de él también.
- Buenas noches, bebé... - susurró Erik, antes de caer rendido por el sueño. - Te quiero...

Holi 😊 Aquí os dejo el capítulo 13. Pronto subiré más capítulos de Fire Emblem Fates😜 Espero que os esté gustando la historia.😘😘😘💗🐉🐍💕💛💚💙

Memorias de Idhún IV: OrígenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora