Viajando al pasado [Harry Potter] ✔

LOUIS WILLIAM WEASLEY DELACLOUR

Un nuevo encapuchado subió a la tarima. Cuando la capucha fue retirada dejó ver a un chico rubio de ojos azules celestes y una sonrisa encantadora.

-Hola pasado, soy el fabuloso Louis William Weasley Delaclour, pero llamarme Louis.

Todas las chicas estaban babeando por él, para su diversión.

-Lo siento chicas, pero ya esta pillado –dijo con diversión Dominique haciendo bufar a las chicas y a su madre.

-Exacto, y la amo muchísimo. –Louis puso cara de tonto enamorado.

De la nada un zapato se estrelló contra la cabeza de Louis, zapato que provenía de la mesa de los encapuchados.

-¡Auch! –El muchacho se frotó la nuca adolorida para luego lanzar una mirada furibunda a los encapuchados-. ¡¿Quién ha sido?! –preguntó en un grito.

-Es que, tío, tenias una cara de embobado –se excusó Patrick riendo a carcajadas recordando la cara de su mejor amigo.

-Pues como tu cuando ves a L...-Louis calló de inmediato al ver la mirada de advertencia de su amigo.

-Hermanito... ¿No tienes nada que contarme? –preguntó el hermano mayor de Patrick.

-No, nada.

-¿Seguro? Porque yo creo que...

-Vamos a dejar de lada este tema –interrumpió a su hermano Karla ganándose una mirada molesta de Matthew y una agradecida de Patrick-. Louis, ¿puedes seguir?

-Claro, Karlita. –Karla frunció el ceño por el apodo y puso cara de asco y James por el cariño que demostró con aquellas palabras-. Voy a Griffindor –la casa aplaudió-. Mis padrinos son Ron y Hermione Weasley –sus padrinos le sonrieron-. Cuando salga de Hogwarts me gustaría ser Medimago como mi hermana Victorie –el muchacho sonrió a su hermana que le devolvió el gesto con cariño-. ¿Alguna pregunta?

Molly Weasley levantó la mano con dificultad ya que tenía a un Percy dormido en sus brazos.

-¿Tienes más hermanos, cariño?

-No, abuela, para mi suerte soy el último –contestó con una sonrisa-. Ahora va mi recuerdo.

RECUERDO

Un Louis de 11 años caminaba por los pasillos del Expreso de Hogwarts buscando algún compartimento para poder sentarse.

Cuando llegó al final del tren, encontró uno con una niña que parecía de su edad sola mirando por la ventana. Louis llamó a la puerta del compartimento y entro.

-¿Puedo sentarme, esta todo lleno?

La niña se volvió hacia él, y Louis quedó embobado.

Era una niña de piel pálida, con unos ojos avellana tirando a dorados y una larga melena castaña.

-Claro, siéntate. Me llamo Marta Grace.

-Tienes unos ojos preciosos –susurró Louis con la vista fija en ellos haciendo sonrojar a la niña.

-Gracias, supongo.

-Me llamo Louis Weasley –comentó el niño sentándose frente a ella.

Los dos se sonrieron mutuamente y comenzaron a hablar de toda clase de temas.

FIN DEL RECUERDO

-Ahora el mío –anunció Dominique.

Hizo un el movimiento de varita y todos pusieron atención.

RECUERDO

Dominique caminaba de la mano con un chico con el rostro borroso.

-¿Ahora qué te toca? –preguntó el muchacho dando un giro a la chica.

-Historia de la magia –respondió Dominique recostándose en el hombro del chico sin dejar de caminar-. No sé cómo pueden seguir dando esa materia cuando el único que no se duerme es el profesor.

-Yo tampoco lo entiendo –le dio un beso en la mejilla.

Del fondo del pasillo aparecieron 3 chicas con las faldas más cortas de lo normal, maquilladas excesivamente y con 3 botones de la camisa desabrochados de más dejando ver el sujetador.

-Mira a quien tenemos aquí...-dijo la chica de en medio que era rubia (cof, de bote, cof) y tenia los ojos marrón castaño-. Hola, Frank –saludó con voz coqueta mientras se acercaba moviendo las caderas "sensualmente".

-Hola, McLaggen, yo también me alegro de verte –dijo Dominique con la más pura cara de asco.

-Hola, Weasley. Tu como siempre pegada a Frank como una perrita faldera –dijo con burla mientras las 2 chicas, que estaban situadas una a cada lado de McLaggen, reían.

-¿Yo perrita? Lo dices tú que cuando entraste en Ollivander's a comprar tu varita, él te lanzó la varita para ver si ibas por ella y se la regresabas –dijo alzando las cejas poniéndose de cara a la chica, que la sonrisa burlona se le quito de inmediato.

Frank tuvo que girar la cara para ocultar una sonrisa que amenazaba por salir a flote.

Dominique miró a las dos chicos que estaban con un semblante sorprendido y les dijo:

-Y tranquilas, chicas –les sonrió-, que vosotras no soys la excepción.

Dicho aquello, cogió del brazo a Frank y lo arrastró por el pasillo dejando atrás a las chicas paradas como farolas en medio del pasillo.

FIN DEL RECUERDO