- Capítulo 32

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La gira a dado su fin, para Anthony a sido estupendo por que así podrá estar más al pendiente de mi y nuestro bebé.

Él es demasiado sobreprotector conmigo, cuando quiero cargar algo que ni siquiera es pesado me dice que no lo haga o cuando trabajo de más en la boutique me regaña literalmente. Anthony es un caso.

¡Estoy embarazada, no enferma!

Ya le contamos a mis padres la gran noticia, no se imaginan como se puso mi madre, esa mujer estaba más feliz que una lombriz. Les juro que estaba hasta llorando de la felicidad. Mi padre estaba casi igual, tuve una conversación con él y estoy segura que será el mejor abuelo del mundo así como es el mejor padre del mundo.

Estoy en casa "descansando" por órdenes de mi fastidioso doctor Anthony, yo se que me ama pero a veces se pasa. Ya tengo un mes y medio de embarazo, mi pancita se nota muy poco.

Anthony le habla a nuestro bebé cada noche, no se imaginan lo tierno que se ve. Siempre le dice: "Hola, mi bebé" "te habla tu papi" "cuando crezcas te voy a enseñar a jugar baloncesto, no importa si eres niño o niña" "por favor ayúdame a que mami se quede en casa descansando", eso y muchas cosas más. Es muy tierno pero lo que yo más quiero ahora es trabajar, cuando tenga a nuestro bebé voy a estar un tiempo sin poder salir de casa y necesito ordenar todo antes de eso.

Lo único que hago en medio de todo mi aburrimiento es comer, dormir, leer libros y ver películas. Esto no es nada productivo, mi trabajo es en la boutique y en los conciertos de Anthony. Tendré que hablar seriamente con él.

•  •  •

- Hola, mi amor. Ya llegue. - saluda Anthony mientras pone las llaves en una mesa.

Yo estoy leyendo el nuevo libro de Delewin, está muy bueno.

- Hola, secuestrador. - digo miéntras tengo mi vista en el libro.

- ¿Secuestrador? - pregunta
confundido.

- Si, secuestrador. - digo molesta - Yo quiero salir y trabajar, y tu me tienes aquí secuestrada.

- Sólo quiero que no te pase algo malo.

Adivina que Anthony, no trabajar es algo malo para mi, entiendelo.

- Recuerda que no estoy enferma, estoy embarazada. Nada malo me va a pasar. - cierro el libro, me cruzo de brazos y lo veo con el ceño fruncido.

Vamos a ver si se intimida con eso.

- No me veas así.

- ¿Así como? - arqueo mis cejas.

- Pues con esa mirada que tienes o pones.

- Es la única que tengo, no puedo cambiarla, sorry.

- Si puedes cambiarla, a esa cara sonriente que tanto me encanta.

Intenta acercarse a mi pero lo esquivo.

- ¿Tan enojada estas? - se acomoda frente mío.

- Pues si y sabes que eso le hace mal a nuestro bebé, así que es mejor que hagas feliz a mami.

- No es así de fácil. - me mira fijamente que creo que me lee la mente.

- Claro que si, ya estás más liberado de trabajo entonces no necesitas tenerme aquí todo el tiempo. - me levanto del sofá.

- Pero yo quiero cuidarte, quiero complacer tus antojos, quiero estar al lado tuyo en toda esta etapa. - dice tratando de defender su punto de vista.

No la tendrás fácil Anthony Santos.

- Y yo quiero trabajar, quiero salir a ver la ciudad como siempre lo hacía, quiero salir a comprar ropa, quiero salir a comer pizza en el primer lugar que encuentre. No quiero sólo salir al hospital para un control prenatal o una ecografía. - estaba que lloraba del enojo, no estaba así de exaltada, no se que pasó.

Nuestra Historia - Romeo Santos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora