Los médicos iban de un lado a otro.
Siento una presión en mi pecho y me hace falta un poco el aire. Cuando era más joven sufrí asma por las alergias que tenía, y todo lo que sentía en esos tiempos es lo que estoy sintiendo ahora.
Una de las enfermeras lleva un carrito de reanimación, mis ojos se abren sorpresivamente. Esa persona debe estarlo pasando mal.
- ¡Carro rojo, por favor! - grita una doctora en el fondo.
- ¡Ahí voy! - grita la enfermera que lleva el carrito de reanimación.
Anthony acaricia mis hombros.
- Todo va a estar bien te lo prometo. - me dice Anthony.
- No prometas eso, no sabes que llegue a pasar. - lo miro fijamente.
- Esta bien, si algo llega a salir mal te prometo estar aquí para ti. - susurra.
- Gracias, no se que haría sin ti aquí junto a mi. - le doy un pequeño beso en sus labios.
En medio de todo este caos recibo una llamada de mi hermano Daniel.
Llamada:
- Hola, Sofía. - dice inmediatamente.
- Hola, Dani.
- ¿Es verdad? - dice un poco triste.
- Si, Juli está muy mal. - respiro profundo.
- No puedo creerlo.
- Yo muchísimo menos. - dije tristemente.
- Ya verás que se pondrá bien y volverá a estar con nosotros riendo como la boluda que es. - ríe.
Eso me hizo sonreír y me tranquilizó un poco. Ella es una boluda igual que yo, por eso somos mejores amigas... creo.
- Gracias por decirme eso. - sonreí un poco.
- Me avisas si pasa algo, por favor.
- Esta bien. Te amo. - me despedí.
- También te amo.
Fin de la llamada.
Y regreso al caos que hay aquí.
- No podemos dejar que muera. - escucho la voz de una mujer al fondo.
- Ya está casi muerta. - le responde un hombre.
- Lo se, muerte cerebral es prácticamente muerte. - dice la señora o doctora, no se muy bien.
Me levanto de golpe con toda la intención de no recibir un no por respuesta de los doctores, tengo que saber algo y ellos no me dejaran con la duda.
Camino lentamente por el pasillo hasta que quedo a unos pocos metros de la habitación donde todos salían y entraban.
- Doctora. - llamo la atención de ella - puede venir por favor.
No me decido a ver por la ventana para saber quién es la persona, sólo esquivo la vista y veo hacía otro lado.
Ella sale y se acerca a mi.
- Dígame, ¿en qué puedo ayudarla? - dice amablemente.
- ¿Como se encuentra la persona que está ahí adentro? - espero que me diga algo.
- No puedo decirle eso.
- Por favor, se lo suplico. Mi amiga está en este hospital y está muy grave, no se si tal vez es ella.
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Nuestra Historia - Romeo Santos
RomanceQuien creería que de una relación totalmente profesional podría nacer una historia de amor tan fuerte que podría superar cualquier obstáculo que se presente. Esta es la historia de Sofía y Romeo, dos personas que sin planearlo terminaron Unidos por...