Besos de Chocolate [YOONMIN]

II

Jimin y Yoongi nunca peleaban, mantenían la regla de que si alguno de los dos llegaba a molestarse con el otro harían cualquier cosa por guardar la calma, sin embargo ese día Yoongi había hecho enojar a Jimin como nunca.

-¡No puedo creer que me hayas hecho eso, Min Yoongi! -el peliazul sabía que el rubio estaba molesto, pues sólo le llamaba con su apellido cuando lo que había hecho lo había llevado a sus límites.

-Tranquilízate...

-¡No puedo! -respondió -. ¡Ahg! ¡Te pedí que lavaras la ropa, fue lo único que te pedí! ¿Y no pudiste hacerlo? -dijo, golpeando su dedo índice contra el pecho de su novio.

-¡Lo sé! -gritó el mayor -. ¡Sé que fue lo único que me pediste, pero no soy perfecto! ¡El maldito calcetín se fue entre la ropa! ¿Cómo hiba a saber yo que ahí estaba?

-Odio que grites.

-Tú lo haces también.

-Pero a diferencia de mi, tus palabras son más duras -Jimin miró a Yoongi molesto. Se dio la vuelta y se dirigió a su habitación.

-Ahg, Jimin -el mayor soltó un suspiro pesado, observando como el menor cerraba la puerta tras él. Yoongi sabía que había hecho mal en gritar, y más sabiendo cuán sensible era su novio.

No lo molestó, Yoongi sabía que Jimin querría estar solo, así que sólo se dirigió a la cocina y preparó algo para la cena. Se sentó a la sala y encendió el televisor. No quería verse como que no le importaba lo que estaba pasando, pero tampoco podía hacer mucho sabiendo que Jimin estaba molesto. Planeó hablar con él mañana, cuando estuviera lo suficientemente tranquilo como para no querer golpearlo, y sonrió. Amaba pelear con Jimin porque después de las discusiones siempre conseguía que el menor fuese más atrevido y, aunque no pasara a más, lograba hacerlo sentir increíble. Además, aquellas peleas lo hacían ver cuán afortunado era de tener al pequeño rubio a su lado.

Jimin despertó como siempre antes de que su alarma sonara, y una sensación desagradable invadió su pecho al notar la ausencia del chico que siempre gruñía cuando el rubio abría las cortinas y dejaba entrar el sol. Se levantó de la cama, recordando la pelea que había tenido con su novio, y quiso morir. A diferencia del mayor, él odiaba pelear con su novio.

Después de tomar un baño y prepararse para ir a trabajar salió de la habitación, sin embargo, un pequeño destello en el suelo lo hizo bajar la mirada. Un chocolate. Aquel dulce cremoso hizo a Jimin sonreír. Era el más lindo detalle que jamás había recibido por parte del mayor.

Tomó el pequeño dulce y lo abrió, llevándolo inmediatamente a su boca, recibiendo el delicioso sabor derretirse en su lengua. Un dulce inicio del día. Se dirigió a la cocina para preparar el desayuno pero notó a su novio de espaldas, preparando algo frente a la estufa.

Era el momento perfecto para la reconciliación. Se dirigió a él y enredó sus brazos alrededor del torso del mayor, pegando su mejilla contra la espalda de su novio.

-Perdón, Yoongi Hyung -susurró. Una sonrisa se formó en el rostro del peliblanco antes de darse la vuelta y besar sin compasión los labios de su novio.

-¿Te he dicho que te ves hermoso cuando te enojas? -fue la pregunta que recibió Jimin. Abrió los ojos con sorpresa, y bajó la mirada.

-Ya~

-De verdad -tocó la punta de la nariz del rubio -. Eres algo así como una bolita roja tierna intentando parecer mala.

-¡Hyung~! -se quejó el menor, escondiendo su rostro detrás de sus manitas, las cuales Yoongi tomó para poder volver a besarle.

-Te amo -le dijo. Jimin sonrió.

-Yo más. Y gracias por el detalle. Me encantó.

-Me alegra -besó a su pequeño rubio y Jimin le correspondió, sin saber que a partir de ahora, recibiría de parte de su novio un chocolate diariamente, un Kiss.

Un beso de chocolate.

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DannyBL.