XIV

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Yoongi sentía un vacío enorme en su cuerpo, sabía que algo le faltaba, sabía la importancia de Jimin a su lado, y sabía lo idiota sin pantalones que había sido al no buscar otras alternativas cuando Jimin no atendía sus llamadas ni mensajes.

Suspiró envolviendo el regalo, el último regalo que le faltaba por cubrir con ese papel que su pequeño novio tanto amaba, y después de levantó. Hoseok le sabía dado asilo por un tiempo en lo que el peliazul decidía qué hacer para que el menor le perdonara, sin embargo el tiempo pasaba, y mientras más pasara el tiempo, menor era la oportunidad de poder arreglar las cosas con Jimin.

—¿Vas a salir? —preguntó Hoseok al ver que Yoongi se dirigía a la puerta.

—Quiero arreglar todo con Jimin antes de Navidad.

—Muy bien. Suerte —sonrió con calidez y el chico de hebras azules siguió su camino.

Cuando estuvo a una cuadra del lugar donde vería a Jimin después de tanto tiempo, las manos comenzaron a sudarle, los nervios atacaron su cuerpo entero como la primera vez que lo invitó a salir, sintió aquel cosquilleo en su estómago, y las ganas de vomitar se hicieron presentes.

Al estar en el lugar correcto, un atisbo de arrepentimiento lo atacó, quiso correr, entrar a su cama y poner música para relajarse mientras veía la foto del rubio y se preguntaba por qué le gustaba tanto, y entonces se dio cuenta... Se dio cuenta de que no había mejor sensación en el mundo que saber que Jimin le correspondía, que no era suficiente verlo en la pantalla de su celular cuando podía verlo en persona y recibir una de esas sonrisas que tanto amaba, no era lo mismo verlo sonreír de la nada a ser él la causa de su sonrisa, y entonces lo supo, supo que a pesar de todo quería a Jimin, y no solo por necesidad, sino por amor.

Min Yoongi estaba enamorado de Jimin, y estaba dispuesto a decirlo.

Tocó el timbre decidido a hablar y rogar si era posible un perdón, pero no pudo.

Tal vez si no hubiese estado en ese momento, o tal vez si se hubiese quedado un poco más en casa de Hoseok se hubiese ahorrado presenciar la escena que sus ojos apreciaban.

Sus ojos miraban fijo a aquel joven de cabello chocolate que sostenía la mano de Jimin mientras ambos reían, ellos caminaban por la acera, sin saber siquiera que Yoongi los observaba desde antes de que llegaran a la casa.

Jimin fue quien se dio cuenta de la presencia del mayor, y entones sintió un temor extraño al notar como el chico de cabello azul los miraba, como si estuviera maldiciendo por dentro a los dos chicos que solo disfrutaban de una caminata nocturna.

—Hyung —susurró casi sin aire en los pulmones. Yoongi quiso matar al joven de ojos grandes que seguía sin soltar la mano del rubio.

—Hey, hola —saludó el joven sin percatarse de que la mirada asesina era para él —. Soy Jungkook.

—Me importa poco quién seas.

—¿O...kay?

—Kookie, ve adentro —pidió Jimin empujando un poco al mencionado para que caminara.

—¿Quién mierda es ese tipo?

—Los celos están de más ahora.

—¿Quién es?

—Vete, Yoon.

—No, Jimin. No hasta que me digas por qué estás con ese tipo.

—Es un amigo.

—Un amigo —el mayor saboreó aquellas palabras en su boca, probando si era creíble o no, y pudo ser que fuese la realidad, pero los celos hacían al chico de cabello azul sentir una inseguridad que ni las palabras del menor eran creíbles —. No te creo.

—No es mi problema que no me creas —a Yoongi le impresionó escucha aquellas palabras de parte del menor, bajó la mirada tratando de calmarse y después suspiró —. ¿A qué viniste? —se notaba el cansancio en la voz del menor.

—Quería pedirte perdón —esas palabras atrajeron la atención del rubio —. Jimin, sé que me porté de la peor manera al tratar de evitar enfrentar los problemas alejándome, pero entiéndeme, no soportaba siquiera pensar en lo que ese tipo te hiso.

—Gracias.

—¿Gracias? —frunció el ceño con confusión —¿Por qué gracias?

—Por abrirme los ojos al saber la clase de persona que eres. Venir aquí, a hablarme de amor aún sabiendo lo que hiciste, que grandes pantalones tienes.

—¿A-A qué te refieres?

—Te ví, Yoon. Te ví besándote con un tipo afuera de la cafetería de la señora Kim —Entonces todo se volvió tenso. Jimin bajó la mirada. Yoongi también. Jimin comenzó a llorar. Yoongi no lo desmintió —. Gracias por todo, pero creo que es mejor acabar con esto.

—Jimin...

—Vete.

—Amor...

—No me llames así. Ya no lo hagas, no tienes derecho, no... No me hagas sufrir más.

—Te amo —dijo, con una pequeña esperanza de que el menor le dijera lo mismo y que lo perdonaba, sin embargo eso no pasó, lo que hiso el rubio fue negar.

Se notaba como el pequeño luchaba contra su impulso de arrepentirse y besar a su hyung, pero le dolía todo lo que sabía pasado.

Después de unos segundos de tensión, Jimin terminó por caminar hacia dentro de la casa.

—Buenas noches, Yoon —el menor subió los peldaños de la casa y entró, dejando al de cabello azul afuera, con los ojos llorosos y sintiéndo como su corazón sufría las consecuencias de las malas decisiones que había tomado.

Besar a Jay había sido su más grave error.

Yoongi pensó la posibilidad de tocar la puerta y aclarar las cosas, sin embargo no lo hiso, no pudo porque sabía que nada justificaba lo que había hecho, además, Jimin no merecía tenerlo de chicle molesto.

Optó por dejar las cajas de regalo al pie de la puerta, y después de marchó.

Aquella nota que había escrito para el rubio la dejó sobre todas las cajas, y, después de escuchar por última vez la voz de Jimin diciendo; “No pasa nada, veamos una película”, se dirigió a casa de Hoseok.

Jimin.

“Perdóname, soy un imbécil, no quise lastimarte, no sé que me pasó. Simplemente me dio celos y furia sabe que TaeMin te tocó, que besó tus labios y que llegó a saber lo que se siente tenerte entre los brazos”

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DannyBL.

Besos de Chocolate [YOONMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora