—¡Yoongi Hyung no me quiere! —el quejido del menor atrajo la atención de varias personas que pasaban frente a ellos mientras estaban sentados en los peldaños fuera de su casa. Jimin había hecho una rabieta cuando Yoongi se negó a llevarlo a la feria.
—Fuimos hace dos días, Jimminie —el peliblanco miró con una sonrisa de lado al mencionado, pues se veía muy tierno con esa mueca de disgusto y sus brazos cruzados.
—Pero no pudimos subir a todos los juegos —hiso un puchero —. Vamos, hyung~ —tomó el delgado brazo de su novio y se acercó a él.
—Ya te dije que no, amor —miró a su pequeño abultar sus labios en gesto molesto —. No te enojes —acarició la suave mejilla de su novio e intentó besarle, pero se apartó —. ¿En serio? Bueno —dijo, levantándose —, vamos a dentro, aún tenemos que pintar la sala.
—¡Hyung~! —Jimin alargó la frase, sin levantarse del suelo, y miró al mayor con los ojos llorosos —. Por favor.
Yoongi no sabía que hacer, no le gustaría ir a la feria porque prácticamente irían sólo a la montaña rusa, y por otro lado no le agradaba la idea de tener que ver a su pequeño llorar. Suspiró. Jimin hacía su carácter más blando. Se adentró a la casa y cerró la puerta tras él.
Jimin se quedó sentado en los peldaños dejando caer algunas lágrimas, y escondió la cabeza detrás de sus rodillas. Le dolía que él y su hyung no compartieran los mismos gustos.
Segundos más tarde escuchó nuevamente la puerta abrirse, y sintió unas manos acariciar su cabeza con ternura.
—Ey, Jimminie —le llamó el peliblanco, haciendo que el menor elevará la cabeza, Yoongi mantenía en su otra mano aquel dulce de chocolate que tanto le gustaba al rubio. Sonrió.
—¿Para mí?
—¿Para quién si no?
—Gracias —la nariz del menor estaba roja, al igual que sus mejillas.
—Tengo un trato para ti.
—¿Cuál? —el menor había desenvuelto el dulce y metido rápidamente a su boca.
—Terminamos de pintar la sala, y si tenemos tiempo vamos a la feria.
—Pero la sala es muy grande, hyung, nunca vamos a terminar a tiempo.
—Entonces, terminamos de pintar hoy, y mañana te llevo a la feria desde temprano. ¿Trato? —Yoongi alargó su mano hacia el menor, quien lo pensó unos segundos antes de tomar la mano de su novio con una sonrisa que hiso a sus ojos formar unas lunas hermosas.
—¡Trato!
—Bien —besó efímeramente los labios del pequeño frente a él y se levantaron. Una vez dentro de la casa ambos se cambiaron por ropa algo gastada por si se manchaban y colocaron periódico en el suelo para no manchar. Tomaron unas brochas y miraron la pared blanca frente a ellos.
—Acabemos con esto —fueron las palabras de Jimin antes de dar el primer brochazo a la pared, dejando una mancha vertical color lila.
—Sigo pensando que el azul era mejor.
—¡Hicimos un trato, hyung! Y yo gané en el piedra papel o tijera.
—De acuerdo —Yoongi no pudo evitar mirar con dulzura a su novio. Pues sabía que fácilmente podía haber ganado ya que Jimin siempre elegía piedra. Aún así quiso regalarle ese premio, pues aún quedaba pintar la habitación, y estaba seguro que el decidiría el color esta vez.
El rubio estaba sumamente concentrado en su tarea, sacando su lengua por la comisura de sus labios de vez en cuando y frunciendo un poco su ceño, en cambio Yoongi sólo daba brochazos sin sentido a la pared.
—¡Yoongi, así no! —el rubio miró a su novio —. Así —le mostró, dando pasadas suaves con su brocha, a lo largo de un espacio.
—De acuerdo —el mayor asintió, llenando de pintura su brocha, y sonrió —. ¿Así? —llamó a Jimin, y em cuando este volteó pasó la brocha por el rostro del mismo, soltando al instante una carcajada —. En verdad se te ve muy bien ese color, amor.
—¡Yoongi! —se quejó —. ¡Ay! Entró a mis ojos... ¡Arde!
—Traeré agua —asustado, el mayor corrió a la cocina y regresó con un vaso lleno, sin embargo, cuando estuvo cerca de su novio, quitando el exceso de pintura, recibió un brochazo de pintura en su cara y parte de su cuello.
—A ti también se te ve bien el lila.
—Ven aquí.
Estuvieron peleando poco más de veinte minutos hasta que la pintura se acabó. Ambos, llenos de pintura sonrieron, amaban pasar momentos así.
—¿Iremos mañana a la feria? —preguntó Jimin una vez que vio el desastre que habían hecho, estaban sentados en el suelo, con la espalda contra la pared que no terminaron de pintar. Yoongi suspiró y miró al menor.
—Sí.
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DannyBL

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Besos de Chocolate [YOONMIN]
FanfictionPark Jimin y Min Yoongi son una pereja a la que todos aman, no sólo por ser tal para cuál, sino porque han superado cosas que nadie más podría. Aunque a veces el amor no es tan fuerte y puede llegar a romperse, ellos demostrarán que a pesar de todo...