C1: Del cielo a la Tierra.

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Primer cap dedicado para:  Candeeell

¡FELIZ CUPLEAÑOS UN POCO ATRASADO, MUÑECA!

Que dios te bendiga y que te la hayas pasado súper genial. Un abrazo hasta tu casa. Loveyaaaa<3.
Pd. Traté de ponerla en la computadora pero no se marcó :(.

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Erick.-

La observé fijamente mientras su pecho subía y bajaba al ritmo de su acompasada respiración. Ella estaba realmente dormida. Sonreí al darme cuenta que una de sus piernas estaba fuera de la manta de franela que cubría el resto de su cuerpo. Una de las costumbres que más recordaba de Nish.

Ella siempre había sido así desde que lo podía recordar. Su cabello enredado sobresalía en ángulos extraños por toda la almohada dándole un toque realmente adorable. Me moví un poco hacia atrás y un segundo después una lámpara se estrelló accidentalmente en el suelo haciéndose un montón de pedazos y de paso, un gran estruendo en toda la habitación.

Fruncí los labios y me quedé en completo silencio cuando Nishdali automáticamente se sentó exaltada en la cama, posó su mirada en mí y contuve la respiración quedándome sumamente quieto. Ella parpadeó un par de veces un poco desconcertada y después se recostó una vez más, convencida de que todo había sido parte de un sueño. Un sueño demasiado real.

La miré un par de minutos más y salí por la ventana sin hacer ruido para literalmente echarme a volar.

—¿De nuevo en la tierra, Erick?—cuestionó Gabbe en cuanto estuve dentro de su campo de visión. Le dediqué una pequeña sonrisa a modo de disculpa pero me quedé en un sepulcral silencio.

—¿Estuviste con Nish?—ignoré la pregunta de Aria sentándome en una de los barandales de concentro blanco a mi lado—¿Es muy linda cuando duerme, no?—parpadeé un par de veces recordando lo bonita que era. Estando muy seguro que si ella hubiera sido capaz de verme en la oscuridad se hubiera ocultado entre sus mantas.

O probablemente hubiera gritado porque un tipo extraño estaba observándola en su habitación a la mitad de la noche ¿Así eran las humanas en la Tierra, no?

—Si—murmuré finalmente.

—Erick...—de inmediato observé a Raphael atravesar los enormes arcos dorados por los cuales yo acababa de pasar. Me dedicó una mirada indescifrable que no entendí así que prefería mantenerme en silencio hasta que él hablase.—Gabriel ha estado preguntando por ti desde hace un rato aunque en realidad no sé porque lo hace cuando sabe de sobra a dónde vas todo el tiempo pero probablemente deberías ir y hablar con él—asentí lentamente y me preparé un poco mentalmente para escuchar a Gabriel.

Estaba muy seguro que estaba metido en un gran problema, no era normal que Gabriel, siendo el ángel con más rango en esta zona del cielo, es decir, un ángel mayor: me llamara. Eso sólo significaba una cosa...

—Deberías saber que el hecho de que seas el ángel guardián de Nishdali no significa que puedas ir a la Tierra libremente, mucho menos subestimarla...—musitó apenas llegué hasta él.

—Ella no podía verme—repliqué de inmediato. —No puede verme—corregí.

—Pero podría haberlo hecho, Erick—suspiré.

—Ya sé, ya sé. No va a volver a pasar—ofrecí.—Lo juro...

—¡No jures en vano!—chilló.—Eres un guardián, no un mensajero. Supongo que sabes lo que eso significa. Tu trabajo es velar por el bienestar de Nish...—Hizo una pausa y me miró como para cerciorarse que lo estaba escuchando con atención—...desde el cielo.

EL ÁNGEL GUARDIÁN|Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora